Esta entrada va a ser muy diferente, nada de cosméticos o truquitos de belleza.
Me gustaría mostraros mis vacaciones en Biarritz hace un par de semanas.
A mediados del S.XIX la esposa de Napoleón III (Eugenia de Montijo) se enamoro de las playas de arena fina de Biarritz, de sus acantilados, aguas terapéuticas... Y construyo su residencia veraniega junto al mar llamada Hôtel du Palais. Ahí empezó el cambio a lo que hoy estamos acostumbrados a ver.
Mansiones, casas burguesas, segundas residencias, balnearios, hoteles de lujo, boutiques.... Pero también es la meca del Surf.
Se dice que en la playa Côte des Basques empezó el surf en Biarritz en 1957; y es que con 6 km de playas, la cantidad de algas marinas añade yodo al agua y por eso hacen tan terapéuticas estas aguas.
La Grande Plage es la playa principal en la que a pocos metros encontramos el Casino (art decó contruido en 1929 y a día de hoy dentro cuenta con piscina y teatro), el Hôtel du Palais y el centro de congresos Bellevue.
La mayoría de los pescadores han desaparecido pero el Puerto de los Pescadores construido en 1970, todavía tiene ese encanto entre los barquitos y las olas rompiendo las rocas.
La Eglise Sainte Eugenie es una de las iglesias que mas me llamaron la atención.
De piedra gris, fue llamada así por la mujer de Napoleón III, y es que de estilo neogótica cuenta con la Virgen del Carmen (muy querida en mi familia), Santa Teresa, San Martín (patrón de la Iglesia), San Antonio y de rodillas en niño Jesús tiene un barco en su mano.
La Roca de la Virgen, fue mandada construir Napoleón III. Para ello, hicieron un puente obra del mismo creador de la Torre Eiffel (Gustave Eiffel); Y es que cuenta la leyenda que los balleneros cuando volvían de faenar, no podían volver al puerto por una fuerte tormenta de la nada apareció una luz, y gracias a ella la mayoría de los pescadores pudieron volver al puerto. Por eso, en las inmediaciones de la Virgen, hay una cruz con otra Virgen.
El día que hice esas fotos no paro de llover en toda la mañana, así que decidimos ir al acuario. Se dice que es uno de los mas espectaculares de toda Europa con mas de 5000 peces.
Focas, ballenas, caballitos de mar, pez martillo, tortugas enormes, peces payaso, morenas, tiburones, anémonas...
Algo que me llamo mucho la atención, fue lo tranquilos que son allí, es decir, tardan muchísimo en atender, no solo en los restaurantes o bares y tampoco te ponen facilidades con el idioma.
Estudie francés en el instituto y mis recursos eran muy básicos, pero al estar tan cerca de España supuse que en algun sitio hablarían algo de castellano... Pero nada mas lejos de la realidad. Y en ingles... Tampoco les gusta hablar.
Lo que si era una delicia son los postres. En el mercado Les Halles o en el mercado nocturno que hacen una vez a la semana, es un pecado para la gente golosa.
Desde churros, tartas de queso, croissants rellenos de chocolate o crema, arroz con leche... Es muy difícil no caer en la tentación.
Además, en el mercado nocturno podemos encontrar desde ropa, complementos, marroquinería, adornos florales, trenzas para el pelo con cuero...
Me enamore de esta ciudad, de sus edificios, sus playas, el clima, de la elegancia innata de sus gentes (gran parte del turismo era francés), sus tiendas chic, el estilo bohemio... Sin lugar a dudas, volveré.