El modelo de belleza femenino ha ido cambiando mucho a lo largo de los años. Lo que hoy consideramos estético hace unos siglos podía ser un aspecto grotesco, y al revés. Esta evolución ha estado condicionada por los cambios sociales, por las modas, por las condiciones socioambientales o la alimentación.
Siendo el pecho el principal denominador de la mujer, en la prehistoria la venus de Willedor nos da una pista del ideal de belleza femenino que tenían nuestros antepasados. Una mujer con curvas, caderas anchas y grandes pechos, unas cualidades que se asocian a la fertilidad y la capacidad para criar hijos.
Varios siglos más tarde, en el renacimiento, el cannon de belleza empezó a cambiar. Cuerpos redondeados, manos finas y alargadas, pechos pequeños y firmes y el pelo rubio eran las tendencias que toda mujer deseaba. La venus de Boticcelli o la Mona Lisa se convirtieron en los referentes a seguir.
Y llegamos al Barroco, donde Rubbens nos muestra a estras tres grandes damas desnudas. La belleza femenina perseguía un cuerpo redondeado, con caderas anchas y muchas curvas, una señal de salud. El pecho se convierte en un referente y los corsés empiezan a utilizarse. Además las mujeres comienzan a llevar peluca, perfumes e incluso maquillaje.
En la época victoriana los corsés se convirtieron en la prenda estrella entre las damas con clase. Una figura femenina esbelta, con una cintura pequeña, un pecho elevado. Desde este momento el modelo de belleza ha sufrido ligeros cambios estrechando cada vez más la figura femenina, subiendo el pecho.
A principios del siglo XIX las actrices marcaban la tendencia Elizabeth Taylor, Greta Garbo, Marlene Dietrich? Cuerpos estilizados, la piel y el pecho tersos y firmes. Una talla 40 se consideraba algo deseado. Curvas marcadas, voluptuosidad, piernas infinitas, huesos bien forrados, cabellos rubios? Pero a su vez, los cuerpos pequeños y delgados ?niñas con cuerpo de mujer.
En los años 70 el cuerpo femenino empieza a adelgazar cada vez más, el pecho cobra cada vez más importancia, los cuerpos con curvas redondas cada vez son menos deseados.
En los años 90 la delgadez es la mayor tendencia junto a los pechos grandes. Mujeres altas, esbeltas, piernas infinitas y finas, piel tersa. El ideal de belleza empieza a alejarse cada vez más del modelo de mujer real.
El modelo de belleza de hoy día no hace falta que os lo cuente, todas lo tenéis en la cabeza. Debemos reflexionar sobre ello, ansiamos ser algo porque nos lo han impuesto, porque creemos que es lo bello, sin embargo, si vivieramos hace dos siglos estaríamos intentando perseguir un cuerpo rellenito con muchas curvas. No podemos obviar vivir en la sociedad que vivimos pero tampoco nos podemos obsesionar con llegar a ser algo que no podemos, lo mejor es intentar adaptarnos lo mejor posible a nosotras mismas.
Espero que os haya gustado este post, un besazo a todos y todas, nos vemos en las redes.