Hace poco tiempo atrás quien nacía hombre, sería un hombre durante toda su vida aunque para algunos significara frustración e infelicidad, pero además se vestiría como hombre toda su vida, por lo menos así lo haría en forma pública, a riesgo de tener graves problemas de reputación en caso contrario. En el caso de la mujer sucedía lo mismo, quizás con más carga prejuiciosa aún.
La identidad sexual y la moda
Históricamente las sociedades han separado a sus integrantes por diversos criterios, tales como sexo, edad, posición social, rango militar o religioso, inteligencia, riqueza entre muchos otros, asignándole a cada uno un rol o papel especifico en la sociedad, con reglas de conducta, forma de hablar, pensar y por supuesto de vestir.
La moda entendida como práctica de identificación social donde personas comparten gustos, costumbres y usos, que ellos mismos han puesto en boga, especialmente a través de la vestimenta, cumplió esta regla al pie de la letra, pero hoy día donde todo se cuestiona, la asignación de atuendo, ropa o vestimenta, según el género es cuestionado.
En la década de los sesenta muchas cosas cambiaron en la sociedad, valores que se seguían sin cuestionarse se consideraron luego antivalores.
Comenzó a usarse la ropa unisex, ya los hombres y las mujeres podían vestirse con prendas que no delataban el sexo al que pertenecían, ya que se compartían. Cambiaron los colores, los diseños, los accesorios. Se le permitió al hombre ser más creativo en su vestimenta y en su imagen y a la mujer se le dio permiso para ser más audaz.
Desde esa década ha pasado mucha agua bajo el puente, no solamente ya no nos asustan las incongruencias teóricas entre el sexo biológico, la opción sexual y la forma de vestirse, sino que la propuesta actual es buscar esas incongruencias.
Características de una modelo andrógina
Los medios de comunicación y las grandes pasarelas de moda buscan esas bellezas que son ambiguas, creativas e impactantes.
Un muchacho de diecinueve años, de origen australiano, es en este momento, uno de los modelos o deberíamos decir, las modelos, más cotizados por las firmas de alta costura francesa y de todo el mundo.
Este chico, que modela desde hace varios años ropa de mujer tiene una particular y magnética belleza, que no es ni de mujer ni de hombre o quizás es de ambos sexos a la vez. No sabemos cuál es su orientación sexual y por supuesto, eso no le interesa a nadie a esta altura.
Lo que sí se sabe es todo sobre su imagen una cara aparentemente femenina muy hermosa, una altura descomunal, curvas no muy pronunciadas, todos elementos ideales para modelar alta costura. Unido a esto una gran profesionalidad; el chico tiene claras sus metas, el modelaje le permite vivir holgadamente,
La belleza andrógina ha llegado a la alta costura. ¿Será un fenómeno pasajero que sólo sirve como impacto del momento? ¿O será que ha llegado para quedarse? La respuesta está en el futuro. Por ahora sólo podemos mirar y asombrarnos.