A few months ago I talked about flight attendants beauty secrets, and that blogspost was very appreciated. Today I wanna share with you my beauty secrets being a traveller. Whether you are on a plane, a car o a train, I hope this tips will be very useful for you.
Lo reconozco, lo mío es puro ritual. Es subirme al avión y empezar a desplegar mi arsenal de cremas, artilugios y demás enseres no sólo para hacer mi viaje más cómodo, sino también para llegar a mi destino más guapa o al menos sin mala cara. Y lo mejor es que me encanta. Me ayuda a relajarme y a concentrarme, a no pensar en retrasos, pasajeros poco cívicos o trayectos de muchas horas por delante en asientos más bien incómodos.
Y lo mismo que en un avión, podemos usar este ritual en un tren, un bus o un coche, aunque reconozco que alguno puede quedar un poco raro. En fin, aquí tenéis mis trucos, a ver qué os parecen.
Lo primero que hago es prepararme para beber mucha agua. Es fundamental para evitar la retención de líquidos y la deshidratación de la piel, y además evitaremos beber otras cosas menos saludables como refrescos o bebidas alcohólicas (que son un no-no cuando viajamos en avión, por cierto). Lo que suelo hacer es llevar en el bolso una botella vacía para poder pasar el control del aeropuerto y luego la relleno en una de las fuentes que suele haber. Suena un poco cutre, lo sé, pero sinceramente me da mucha rabia pagar 3€ por una botella de agua de 200ml...
Otra cosa que suelo hacer últimamente es llevar algo de comida saludable. Así evito comer nada del avión, del aeropuerto o la cafetería de la estación. Una bolsa de nueces, fruta, una ensalada de quinoa en un táper... ¡Cosas sencillas y fáciles de comer!
Tampoco me falta nunca un neceser con muestras o tamaños de viaje de agua micelar, agua termal, crema hidratante, contorno de ojos y bálsamo labial. Así antes de despegar me desmaquillo y limpio la piel, y la dejo hidratada para todo el viaje.
En ese neceser llevo también crema de manos, pues es el momento ideal para darles un cuidado intensivo.
Y, para antes de aterrizar, llevo una muestra de CC cream, corrector de ojeras, colorete en crema y máscara de pestañas. ¡¡Así salgo con buena cara!!
Más cosas que no olvido nunca: calcetines gorditos (me quito los zapatos para que no se me hinchen los pies y así los llevo calentitos), antifaz y tapones. Sobretodo si es un vuelo o viaje de noche.
Para viajes de día en los que no voy a dormir, llevo siempre mis auriculares para escuchar los Podcasts que más me gustan y con los que aprendo sobre fitness, belleza o desarrollo personal y empresarial. Hace tiempo os hablé de los de Chalene Johnson, pero tenéis muchos. Yo además los escucho en inglés y de paso voy perfeccionando el idioma. Os recomiendo un montón usar estos tiempos muertos de los viajes para aprender cosas, que nunca está de más.
Y otra cosa que hago en los viajes, que puede parecer un poco de friki, es hacer ejercicios de Kegel y glúteos. Como me pone nerviosa pensar en todas las horas que voy a estar sentada, aprovecho para contraer y relajar los glúteos durante un buen rato. Y se nota, creedme... Los ejercicios de Kegel son muy buenos para el suelo pélvico y en yoga nos han enseñado a hacerlos bien. Básicamente, para quien no lo sepa, se hacen contrayendo los músculos de la zona de la vagina (como si quisiésemos aguantar las ganas de hacer pis), aguantando cinco segundos y relajando de nuevo. Y así unas diez o quince veces. También se notan los resultados, aunque obviamente no a nivel externo...
¿Qué os parecen estas ideas? ¿Creéis que la última es de flipada? ;)