Conforme envejecemos, las células de la piel no trabajan a pleno rendimiento, lo que hace que la dermis pierda firmeza, grosor y elasticidad. La única fórmula que existe para que recuperen su energía y funcionen al cien por cien es suministrarles, desde el exterior, principios activos que la protejan de las agresiones externas y frenen su deterioro.
El compromiso con nuestra piel
Los laboratorios de cosmética investigan y trabajan con nuevos y revolucionarios ingredientes capaces de restaurar las pieles más dañadas. Hay productos reafirmantes, hidratantes, nutritivos y calmantes, además de los que poseen efecto botox y los que regeneran e iluminan la piel.
Pero las investigaciones no se quedan ahí; la firma Shiseido, dentro de su línea anti-envejecimiento, ha desarrollado un programa de cura intensiva, denominado Intensive Skin Corrective Program, que recarga la energía de la piel en sólo dos semanas.
La piel, constantemente expuesta a los agentes externos, se daña, se debilita, se torna más vulnerable y pierde su frescura. Hasta ahora, ésta pérdida era imposible de resolver, pero la firma japonesa, tras años de investigación científica, ha encontrado la solución a través del ingrediente Bio-Recharger MC, que consigue restaurar el equilibrio perfecto entre los iones de calcio y los de magnesio y recargarla de energía.
A cada edad su tratamiento
Los productos que ofrece el mercado están testados para cubrir las diferentes necesidades de la piel en función de su calidad y de la edad. Por eso, jamás debe aplicarse un producto regenerador en una dermis joven. Hay que conocer lo que la piel necesita y la crema idónea.
A los 20 años, la piel luce espléndida, sus células trabajan a pleno rendimiento y sólo necesita limpieza, protección solar e hidratación de día y de noche. Cuando se cumplen los 30 es el momento de proteger y prevenir, ya que la renovación celular se debilita, la resistencia frente a las agresiones externas disminuye y surgen las primeras arrugas. El rostro comienza a perder luminosidad y firmeza. Asimismo, debemos incluir en la dieta de la piel una exfoliación semanal, hidratantes enriquecidas con retinol, vitaminas e ingredientes que luchen contra los radicales libres, además de privarla de los rayos del sol con cremas con factor de protección.
Durante la década de los 40, a la piel se la debe de reafirmar y nutrir, ya que manifiesta las agresiones que ha sufrido durante años por el sol, el tabaco, la contaminación y el estrés. Las arrugas del contorno de los labios y del entrecejo se marcan sin piedad y las temidas patas de gallo afloran en el rostro. La piel de la cara muestra un aspecto apagado. El plan de ataque consiste en utilizar cremas que contribuyan a la aceleración de la producción de colágeno y elastina, responsables de que la piel pierda tersura. También es la hora de utilizar los productos despigmentantes que borran y difuminan las manchas.
Con la menopausia surge un gran cambio hormonal que provoca la pérdida de la luminosidad, la flexibilidad y la elasticidad de la piel. El síntoma más marcado es el adelgazamiento de la dermis que se atrofia y hace que los tejidos se relajen más que nunca. A esa edad es necesario utilizar productos que revitalicen la regeneración celular y que, además, tonifiquen, hidraten y difuminen las arrugas.