#STOPBullying 5: "Mi experiencia de abuso sexual con un profesor de la Universidad"

Llegué a sentir abersión hacia mi misma, era asqueroso lo que ese hombre me hizo. 

Hola, soy universitaria. Vengo a contaros mi experiencia de abuso sexual con un profesor de la Universidad.


“El año pasado empecé la Universidad y con ella, la peor experiencia de mi vida”


El año pasado empecé la universidad. Tenía 18 años, y decidí salir de mi ciudad, y de mi casa para vivir un poco mi vida. Así que hice mis maletas, me planté en Madrid, empecé las clases, y como siempre he sido muy buena organizando mi tiempo, decidí que era buena idea trabajar. Ahora estoy en Segundo curso, esto que os cuento pasó el año pasado, fue duro, muy duro. Pero ahora estoy feliz. 


“No me considero una Kardashian, pero aunque lo fuera, nadie tiene derecho a tratarme así, ni a mi, ni a nadie. Eso es Abuso Sexual en toda regla”


El primer cuatrimestre del primer curso de la Universidad fue un poco CAOS, la verdad. Estudio Filología Hispánica, en Madrid. Tenía que sacar tiempo para ir a clases, hacer los trabajos, hacer amigos, salir y conocer gente, y además trabajar. Una locura.

 Durante los primeros meses del curso, entró en clase un profesor adjunto a una de las asignaturas, que estaba haciendo las practicas de su Doctorado, creo recordar. Era un chico bastante atractivo, joven, y muy simpático. Esta asignatura la solía tener siempre a ultima hora de la mañana, las cuales muchas veces, no podía estar porque tenía que trabajar, así que pedía tutoría con el profesor titular, para no perderme detalle de cada clase. Pero claro, él tenía más clases, así que muchas veces quién se ocupaba de ello, era su adjunto


“Tuvimos varias tutorías, que más o menos duraban 2 horas aprox. Así que me dió tiempo a conocerle un poco más…”


Como era una asignatura tan pesada, durante las tutorías, nos permitíamos el lujo de tomarnos un café, en la cafetería de la Facultad, para despejarnos y que yo también pudiera estar más concentrada después. Hablabamos de todo un poco, de su familia (él estaba divorciado, tiene 37 años así, creo recordar) y de la mía – “Ahí fue cuando la cagué porque le dije que estaba viviendo sola, porque era de fuera. Pero claro yo que iba a saber”…- Hablabamos de nuestros hobbies, de películas, de lugares de Madrid que tenía que visitar, y un largo etc… – Cosas super normalitas…

A medida, que ibamos teniendo tutorías, el cogía más confianza conmigo. Llegó un momento que parecíamos más amigos que Profesor – alumna. A pesar de todo, yo tenía muy clara mi posición, y yo creía que él la suya también. Pero… Nada más lejos de la realidad. Comenzó sin darme cuenta, con cosas súper sutiles, por ejemplo: Cuando te ponen la mano en la espalda/cintura para pedirte que le dejes paso, pues se recreaba, bastante, hasta llegar casi a las caderas… O también, un día como teníamos la tutoría después justo de la hora de la comida, coincidimos en la cafetería, y como yo estaba comiendo sola, se vino a sentar conmigo, y cuando terminamos, me acompañó a su despacho, cogiendome de la mano... 


“No le dije nada, porque de verdad pensé que era porque me había tomado afecto. Pero, esas situaciones, no me hacían sentir cómoda, para nada. Me hacían sentir más como dama de compañía, que como alumna”


Tuve que poner remedio, así que, para no tener problemas con él. Poco a poco, fui pidiendo menos tutorías, me quedaba menos tiempo, en fin…- Vamos, lo que solemos hacer cuando alguien nos incomoda. Lo malo que este tipo era la mano derecha de mi profesor…- 

Obviamente, a él no se les paso inadvertidos estos comportamientos, porque realmente siempre nos hemos llevado bien, y nuestra relación, al menos por mi parte, siempre ha sido profesional. – Este fue el primero de los casos, en los que yo no debí haberme callado, mínimo debería haberlo contado a  alguna de mis amigas, o algo, pero…- Resulta que un día después de clase, me hizo quedarme en el aula porque según él “teníamos que hablar” – Ya ves tú, como el que tenía algo conmigo… – 


“Me dijo que teníamos que hablar. Cuando nos quedamos a solas, yo me senté encima de una de las mesas de primera fila enfrente de la mesa del profesor… – Intentando marcar los límites – Él se dió cuenta, y se levantó, acercándose a mi, hasta que estabamos demasiado cerca. “


¡No! Es que no sabéis que arcadas me estaban entrando por dentro solo de recordar ese momento. – Él me estaba diciendo que “Por qué no seguía yendo con la misma asiduidad a las tutorías“, “Que si no iba, suspendería, porque la asignatura era bastante dificil, como para prepararmela por mi cuenta“, etc… Era como sí, al mismo tiempo, me estuviera pidiendo explicaciones, y me estuviera conveciendo para no sabía muy bien qué… Yo me limité simplemente, a decir que me habían aumentado el  contrato en el trabajo, y que ya no tenía tanto tiempo. 

Me quedé fría – ¿A santo de qué, este tipejo, se creía con derechos sobre mí? ¿Y por qué demonios me tenía que hablar así? -. Habitualmente, era una perona bastante arrogante, pero eso ya, era otro nivel. Pero agarrense… 

Resulta, que pocos días después de esa conversación, mi caso hacia el era inexistente, ya… Me llegó un correo electrónico de la Universidad, en el que me decían que había incumplido las normas de la Universidad – ¿¿WHATT?? – Y que debía entender que teniendo una relación sentimental con un profesor, mi plaza en la universidad la habría perdido. 


“Cuando leí que había perdido mi plaza en la Universidad, y lo peor, que fue por una mentira, me puse como una loca a buscar quien era el remitente del correo. El caso había pasado a manos del Rector de la Universidad. ” 


A mis ojos, lo que había pasado era que de tanto vernos juntos por los pasillos de la Universidad, y en la Cafetería, la gente empezó a hablar. – Pero muy heavy que llegue a oidos del Rector, la verdad. 

Nada más recibir ese correo, me entró el pánico, no sabía exactamente que estaba pasando. Cuando iba a la Universidad, iba muerta de vergüenza, era como si notara que todo el mundo se había enterado de esa calumnia.

Un día al salir de clase, – Sí, me habían expulsado, pero yo seguía yendo de oyente, yo no lo sabía, pera en la universidad se puede hacer… – quedé con uno de mis compañeros para repasar lo que habían dado de esa asignatura- Obviamente no quería más tutorías, ni contacto con ese profesor. Tanto es así, que directamente no fui más a esa asignatura. 


Decidí no callarme, y pedí una cita con el Rector de la Universidad. Tenía que resolver esta situación, y no sabía por donde empezar. Así que empecé por lo alto. 


No sé como, pero llegó a oídos del profesor titular. – ¿Hola? ¿En esta Universidad no existe la confidencialidad? – . 

Como era de esperar, el profesor titular de esta asignatura, me pidió una explicación, acerca de lo ocurrido. –¿Perdón?¿Yo?¿Con un profesor, liada? ¿Por quién rayos me toma?- Yo le juré y le perjuré que eso era una mentira, de no sé muy bien quien se lo había inventado, pero que pensaba ponerle fin. Entonces, él me confesó toda la verdad, que fue el propio adjunto quien le dijo a él mismo, lo que supuestamente, en su cabeza enferma, estaba pasando – Que yo, estaba liada con él  ¡OMG!-. Cuando escuché eso, era demasiado para mi cuerpo, de verdad… Entonces fue cuando yo le conté mi parte de la historia, como ocurrieron las cosas, y las razones que me llevaron a dejar de ir a las tutorías con su adjunto – Que, por cierto, había presentado su renuncia, por saltarse las normas de la Universidad con una alumna…

Todo se solucionó semanas después, yo recuperé mi plaza en la Universidad. Pero el tipo este no se de que se valió para conseguir mi movil y mi dirección de correos, y cada dos por tres, me enviaba mensajes, whatsapps, etc.


Cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando, lo bloqueé inmediatamente, no quería más problemas. Pero me vino a buscar a la Universidad, un día, cuando estaba saliendo de la biblioteca…


¿Qué?¿Pero que hacía ese tipejo ahí parado? – Yo, ingenua de mí, me acerque, pensando que venía a pedirme unas disculpas… Él me cogió, me metió en el coche, e intento toquetearme, besarme, en fin… Asqueroso, ya os podéis imaginar. Por suerte, estabamos en el parking de la universidad, y como pude, me lo quité de encima, salí del coche, corrí hasta el mío, y me fuí hasta donde hubiera gente, aunque era tarde, y la gente ya había salido de clases.

Llamé a mi compañero, que aún no había salido de la Biblioteca, y le pedí que me llevará a casa en mi coche, “Estaba, literalmente, acojonada” No paré de llorar en todo el camino, estaba temblando, – Eh… ¿Acababan de abusar de mi?¿De verdad?


Me armé de valor y hablé con mi compañero cuando llegamos a casa. Él no paraba de preguntarme. Cuando se lo conté, solo recuerdo, llegar a comisaría, y yo firmando una denuncia.


Todo se solucionó. Al poco tiempo tuvimos un Juicio, porque por lo visto no era el primer caso, de este chico, solo que yo, fui la primera que hablé. Fue duro, el momento de declarar todo delante de mis compañeros (Que vinieron a apoyarme, y otros a cotillear), delante de los profesores, del Rector, que también asistió al juicio, y delante de mi Madre – Dios, que cara de dolor, no se me olvida…-. Le cayeron unos cuantos años de carcel, sino recuerdo mal eran más de 5 años, así que todavía le quedan unos cuantos años, y desde que terminó el jucio hasta que se cerró su sentencia, tenía una orden de alejamiento de todas nosotras… – Por lo visto, se valío de su profesión para tener sexo con alumnas…

Hoy, estoy segura. Feliz. Hice bien, hablé. Y todo se solucionó, fue un proceso duro, y lloré lagrimas de sangre, cierto. Pero, mereció la pena.


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Fuente: este post proviene de Diario de una tal marti, donde puedes consultar el contenido original.
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