Para el que entienda un poquito de moda, podrá comprender que el hecho de cesen a una persona con más de 20 años de trayectoria profesional y que ha sido galardonado con numerosos premios prestigiosos, como el mejor diseñador del año en los British Fashion Awards durante dos años consecutivos, por una cantante veinteañera cuyo mayor hito en la industria de la moda ha sido recibir el premio Icono de Moda 2014 de la CFDA e ir a recibirlo medio desnuda suena un poco hardcore. Para que nos entendamos, es como si realmente la Casa Real de España hubiera enviado al Pequeño Nicolás a negociar la imputación o no de la Infanta Cristina en el caso Noos.
Que Rihanna es un icono para las adolescentes de medio mundo es un hecho constatado. Miles de chicas en los dos hemisferios copian sus looks y esperan ansiosas para ver que es lo próximo que se pone la Diva para estar a la última. Por ello, ficharla como imagen de marca es un acierto y una garantía de éxito asegurada. Bravo por la marca que pueda pagar su caché.
Pero nos guste o no, Rihanna no elige ella sola la ropa que se pone, es decir, sus atuendos, no son fruto de su estilo personal, su creatividad o su imaginación, como muchos editoriales de moda nos hacen creer. Rihanna es una de esas estrellas que vale más por su imagen que por lo que produce. No nos vamos a engañar: su música es un producto de lo más comercial y prefabricado que podemos encontrar en el mercado. En cada casting de Operación Triunfo, Factor X o La Voz, hay cientos de Rihannas en potencia. Una imagen trabajada, una buena campaña de marketing, y un look desenfadado y un poco a contracorriente (justamente medido, también), terminan de configurar el icono pop en el que se ha convertido. Y todo eso no ha salido de su cabeza pensante.
Detrás de los estilismos de Rihanna se encuentra Mel Ottemberg, un estilista que ha configurado desde sus inicios el universo icónico de Rihanna, y quien seguramente, se debería llevar los méritos fashionistas de la joven. Él es la persona que optó por elegir esas botas infinitas, los corpiños y los vestidos que han caracterizado la estética de la cantante.
Las marcas de moda deberían buscar las estrategias de marketing y promoción que mejor se ajusten a sus estrategias de venta, es lógico y coherente. Pero también deberían buscar profesionales cualificados para desempeñar los puestos estratégicos en los procesos de creación y producción. Me cuesta mucho trabajo pensar que entre conciertos,alfombras rojas, entrevistas y grabación de videoclips a Rihanna le haya quedado tiempo para formarse en diseño de moda a su corta edad. Y me parece que quizá se pueda estar desperdiciando el talento y la formación de mucha gente que está esperando su oportunidad. Desde luego, este nombramiento, enmascara un mensaje un tanto perverso para los jóvenes estudiantes que sueñan con abrirse camino en una industria tan solicitada, donde el entrusismo profesional campa a sus anchas.
-Noemi
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