¡Buenos días bellezas!
¿Qué tal estáis? ¿Cómo va esta mitad de semana? Ánimo que ya no queda nada para que llegue el fin de semana y desconectemos un poco.
Hace unos meses, concretamente en el Noviembre pasado fuimos de viaje a Alemania los tres (mi marido, mi hijo y yo), concretamente a Nürnberg a ver a unos amigos que dejamos allí cuando nos volvimos a España (mi marido y yo estuvimos viviendo en Alemania 3 años, para las que me estéis leyendo y no lo sepáis) y a recordar viejos tiempo de forma muy especial, ¡llevando al peque!
Allí, como no, no podía dejar de ir a mis queridas droguerías y perfumerías Dm y picar con algunas cositas. Lo que quiero enseñaros en la entrada de hoy de Beauty Blog by Susana son las mascarillas que compré, como buena amante de las mascarillas que soy.
¡Vamos a verlas!
Entre las 6 que podéis ver en la foto, la de Alverde, Dr.Scheller y Lavera son mascarillas de marca alemana y además, de cosmética natural y bio, todas ellas. Ambas también son mascarillas en formato crema, para extender en la piel con una brocha (os lo recomiendo) o con los dedos.
La de Alverde y Lavera, son mascarillas que vienen envasadas en dos partes ya que son para dos usos, por lo que salen muy bien de precio. Las tres me han gustado mucho para mi piel, a veces normal, a veces mixtas y otras más grasa.
La detoxing de Salthouse es una mascarilla en formato gasa (me chiflan) y me resultó muy agradable de usar y el resultado que me dejó en la piel pero no tengo nada reseñable que añadir, pasó un poco desapercibida.
Pero quiero hacer una mención especial a las dos que cogí de Kocostar, una marca de cosmética koreana, más que por su efecto o sus propiedades, por lo curioso y diferente que es su formato, ahora veréis.
Cuando a primera vista pueden ser dos mascarillas de gasa convencionales, resulta que no lo son, ya que están de forma individual en circulitos, una de ellas de pepino, que como no, me recordó a la típica imagen de las dos rodajas de pepino en los ojos en cualquier peli que sale alguien con una mascarilla puesta, en cambio, no es una mascarilla para los ojos, sino para el rostro, cuello, brazos o piernas, donde sea necesario, con propiedades hidratantes y calmantes. La de sandía se puede aplicar en los mismos sitios y tiene propiedades refrescantes e hidratantes.
Así que como veis su peculiaridad es que ponemos cada pieza donde tengamos esa necesidad concreta, sin tener que poner lo mismo para todo el rostro. Con ellas, es muy fácil practicar el multi-mask y poner una pieza de cada según la zona y la necesidad a tratar.
¿Qué os parecen este tipo de mascarillas? ¿Las habéis visto alguna vez?