La reseña de hoy va a ser de otro producto de la marca argentina, Amodil.
En teoría, esta mascarilla ayuda a limpiar el rostro de las impurezas y grasa; además de dejar el rostro suave.
Contiene 80 gramos de producto. La mascarilla es transparente y funciona como cualquier otra, es decir, hay que colocársela en el rostro y esperar a que esté seca para retirar.
¿Aroma? Sí, y ¡me encanta! Supuestamente es olor a verbena (duh), pero como no tengo idea de a qué huele, les puedo decir que es similar al limón.
Quiero que me disculpen por no haberme dado cuenta en el momento de limpiar la boquilla.
El producto es recomendado para las pieles normales a grasas, pero yo diría que especialmente a estas últimas.
Mi experiencia con esta mascarilla no fue tan gratificante como las de otras personas a las cuáles leí sus reseñas. El proceso de colocación de la mascarilla fue igual que con otras que probé antes, el problema ocurrió luego.
Si bien al quitarme el producto sentí mi cara más tersa y como de porcelana, al mirarme en el espejo parecía un tomatito cherry (?). Lo peor de todo, es que a los 15 minutos pasé de ser la señorita-piel-de-muñeca a la-señorita-cara-de-freidora. Sí, así es, secó tanto mi rostro que éste comenzó a producir más grasa.
La usé una sola vez y pienso tirarla; no quiero volver a experimentar esto. No la recomiendo para nada en pieles normales y sensibles, pero tal vez en las más grasas funcione. ¿Habían probado esta mascarilla antes? ¿Cómo resultó su experiencia?
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Espero que les haya gustado la entrada. ¡Muchas gracias por sus hermosos comentarios! ¡Nos vemos!