En el post de hoy te presento cuatro productos Shea Moisture para cuidar la piel y que he conocido hace muy poco.
Antes de que empecemos, quiero recordarte que esto no es una reseña. Y lo digo antes de empezar porque luego en los comentarios -sobre todo en el vídeo- siempre hay alguien que me dice cosas del estilo de “pues vaya, ¿y donde está la reseña?” No. Es que esto no es una reseña, es un haul. Y en un haul lo que se hace es enseñar los nuevos productos adquiridos, y la reseña, en todo caso, llega después, cuando el producto ya se está usando o se ha terminado. Está es la diferencia entre el haul y la review. Ahora ya lo sabes, amiga.
Dicho esto, vamos a entrar en materia.
Si hace tiempo que me sigues, ya debes de saber que me encanta la firma Shea Moisture y todos sus productos para el pelo. Y si llevas tiempo por aquí, ya sabes que he reseñado varios productos, sobre todo champús y acondicionadores -con y sin aclarado- tanto en el canal de Youtube como aquí en el blog.
Uno de los motivos por los que me encanta usar los productos de Shea Moisture es por su Responsabilidad Social Corporativa. Sus principios éticos aseguran que sus productos son naturales, orgánicos y están producidos de manera sostenible. Se trata de una empresa pionera en el ámbito del comercio justo a través de Community Commerce. En Shea Moisture se esfuerzan por ofrecer productos libres de sulfatos, parabenes y otras sustancias nada necesarias y, además, no testan en animales.
En cuanto al Community Commerce, Shea Moisture sigue prácticas del comercio justo, de manera que el 10% de las ventas de Community Commerce de Shea Moisture se destinan a
empresas dirigidas por mujeres
comunidades que suministran los ingredientes para los productos de Shea Moisture
la Fundación Sofi Tucker, que otorga subvenciones a organizaciones dedicadas a empoderar a las mujeres y sus familias a lo largo de toda África.
Shea Moisture fundó Community Commerce especialmente para dar apoyo a estas iniciativas y comunidades, sobre todo a aquéllas que producen y proveen a la empresa de algunos de sus ingredientes claves.
Como puedes ver, se trata de una empresa comprometida con el comercio justo y con el medio ambiente, y en todos sus envases encontrarás los sellos que certifican que no experimentan con animales, que sus productos se producen sosteniblemente y que están certificados como orgánicos y naturales.
Bien, ahora que ya sabes un poquito más de Shea Moisture y de su compromiso social y medioambiental, sigamos.
Como te decía, hasta el momento solo había probado los productos para el cuidado del cabello. Ahora que he tenido oportunidad de probar algunos productos para el cuidado de la piel, quiero enseñártelos, así que vamos allá. Como sabes, Shea Moisture tiene infinitas líneas de productos para el cuidado del cabello, así que con los productos para el cuidado de la piel no iba a ser diferente.
Tres de los productos que te traigo hoy son de la línea Olive & Green Tea. O sea, aceite de oliva, té verde. Esta línea, además, lleva aguacate, con lo cual es una línea de productos anti edad y ultra hidratante.
Un exfoliante: Hand & body Scrub
Un gel de baño: Body Wash
Una loción corporal: Body Lotion
El cuarto producto es de la línea Raw Shea Butter, de manteca de karité pura, y es una mascarilla facial que además lleva incienso y mirra. Es curativa e hidratante, así que seguro que, manteniendo su uso en el tiempo, tiene que dejar la piel maravillosa.
Déjame que use estos productos unos días más antes de darte mi opinión, aunque te avanzo que, como siempre que se trata de productos de Shea Moisture, la valoración es positiva. Aún así, cada uno de estos productos tendrá su propio vídeo con su reseña para contarte con más detalle cómo le sientan a mi piel.
¿Conocías los productos Shea Moisture para cuidar la piel?
¿Has probado alguno de los cuatro productos que te presento hoy? Si es así, compártelo en la sección de comentarios.
Recuerda que compartir es vivir, así que, por favor, comparte este post en tus redes sociales para que más personas conozcan estos productos.
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Fuente: este post proviene de Diario de la negra flor, donde puedes consultar el contenido original.
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