Queremos compartir nuestra experiencia con la peluquería OCRAM, la cual no ha podido ser peor. Las dos fuimos allí para hacernos mechas. La primera fue Jennifer , y después Deire. Pero dejaremos el caso de Jennifer para el final, por ser el peor.
El jueves 18 de mayo fui a esta peluquería para hacerme unas mechas, ya que me apetecía mucho un cambio de look y a mi amiga, cuando fue, no parecía que la hubiesen dejado nada mal (digo que parecía, porque la realidad era muy diferente). Para empezar, me hicieron algo completamente diferente a lo que yo había pedido. Quería unas balayage muy sutiles, que le dieran algo de vida y de gracia a mi pelo. Pero la peluquera optó por decolorarme 3/4 partes de mi pelo. Ni siquiera me lo matizó, así que os podéis imaginar lo naranja que se me quedó, aunque no me disgustaba. El problema está en cuando acudí a otra peluquería, y me enseñaron el crimen que habían hecho con mi pelo. La superficie no parecía que estuviera tan mal (y enfatizo el tan porque no estaba contenta del todo). Pero por dentro hicieron un trabajo penoso. La peluquera, con tal de ahorrar tiempo, me dejó todo el interior del pelo a parches. De no ser porque fui a esta otra peluquería, me abrieron la melena y me vieron el pelo mechón a mechón, no pude ver el estropicio que me habían hecho. Yo no tengo ojos en el cogote, ni me da por ver que ha pasado en cada mechón de mi pelo porque si me pongo en manos de un profesional, confío en que todo vaya a quedar como debe quedar. Este es mi pelo.
No sé vosotras, pero a mí me parece que no hay nada que se le parezca menos a unas balayage.
He de decir que como yo pagué en efectivo, me devolvieron el dinero en el momento en el que fui a reclamar, y eso lo agradezco. Pero gracias a ellos, mi pelo estaba quemado, lo que he podido arreglar gracias al tratamiento que me hice una semana después. Por supuesto, las mechas me las tendré que retocar, lo que va a conllevar un proceso largo y trabajoso.
La cosa se pone muy fea al hablar del pelo de Jennifer. Ella fue a la peluquería el 30 de marzo. Lleva haciéndose mechas desde los 17, y no ha tenido jamás un problema. La anterior vez que fue a una peluquería, la aplicaron un color por todo el cabello para unificar raíz y mechas. Para camuflar el corte del tinte, en esta peluquería la dijeron que la iban a poner dos tonos distintos de rubio. Hasta aquí todo bien. El problema está en que el tono más claro lo hicieron con decoloración, teniendo como base un pelo que ya estaba deshidratado, y que además se aclara rápido.
Al salir, se vio el pelo perfectamente. Pero cuando empezó a lavarse el pelo, se la empezó a caer. Tenía el pelo muy, muy seco, encrespado y hasta la costaba rizarlo, lo que era raro ya que siempre ha tenido el pelo muy rizado. Gracias a que acudió a otra peluquería a hacerse un tratamiento dos meses más tarde, supo que el pelo estaba completamente muerto, y quemado, hasta le habían matado el rizo. Esto mi amiga no tenía forma de saberlo, ya que NO ES PELUQUERA PROFESIONAL, y no sabe diagnosticarse el pelo ella misma. Estaba a base de mascarillas, porque creía que eso era lo que necesitaba.
Para arreglarse el pelo, va a necesitar sesiones de cauterización para empezar, y seguramente algún tratamiento más posterior, además de cambiar su rutina de cabello por completo.
He de añadir, que además de dejarle el pelo quemado, tampoco le hicieron las mechas adecuadamente. Esto es lo que había en el interior de su melena.
Lo peor de todo es que la peluquería, y el dueño, que fue quien le hizo las mechas, no quieren asumir este error. Entendemos que todos somos humanos, y a veces se cometen errores (a pesar de que estamos hablando de profesionales que se suponen que deben de tener cuidado con el pelo con el que tratan). Pero una cosa es cometer un error, por pequeño o grande que sea, y otra cosa muy distinta es no querer admitirlo. No sólo no admitirlo, sino llamar mentirosa a tu clienta.
Jennifer se hizo las mechas dos meses atrás y entendemos que habiendo pasado tanto tiempo es complicado que la devolvieran el dinero. Aún así, tuvo que ir tres veces a la peluquería. Jennifer pagó con tarjeta, por lo cual tenían que buscar el tique para devolverle el dinero, eso fue lo que nos dijeron el primer día que fuimos a reclamar. La dijeron que volviera al día siguiente.
Al día siguiente volvió mi amiga, y yo con ella. La dijeron que el tique estaba en la gestoría, y que al ser parte del trimestre anterior, tenían que ir a por el, y no habían podido. Además de no darla el dinero que la prometieron, el dueño la llamó mentirosa, negando por completo su error y dándole un trato que dejaba mucho que desear (y digo esto intentando ser amable, porque no fue nada agradable). La hicieron volver una tercera vez, recalcando que debía acudir a la peluquería a las 7 de la tarde. La hicieron una encerrona para no pagarla, dejando a mi amiga con la unica opción de poner una hoja de reclamaciones, o denunciar o aguantarse. Y como comprenderéis, no todo el mundo tiene el tiempo y las ganas de estar metiéndose en tanto lío.
Jennifer se hizo las mechas dos meses atrás y entendemos que habiendo pasado tanto tiempo es complicado que la devolvieran el dinero. Aún así, tuvo que ir tres veces a la peluquería. No fue hasta la última vez que acudió que la dijeron que no la iban a devolver el dinero. Si no me vas a devolver el dinero, que menos que admitir tu error y decirme que no me lo vas a devolver, pero no me estés dando largas y haciendo perder de mi tiempo. Al menos, esa es nuestra opinión.
Por eso nos hemos visto casi obligadas a escribir este post y cobrarnos su mal trabajo y el dinero que debían haberla dado con este post, compartiendo nuestra penosa experiencia.
Esperamos que no tengáis que pasar por esto jamás. Y, por favor, cuando acudáis a hacer un tratamiento, o un cambio de look, aseguraros de quedar en manos de profesionales, de personas que conozcan bien el cabello, que os den garantía de ello y que le dediquen el tiempo, el mimo y el cuidado preciso.