A principios del mes de Diciembre un curioso y original evento tuvo lugar en el hotel Ritz París, con motivo de la llegada de Petite Collection de Lanvin a las tiendas, la primera colección para peques de la firma francesa, una Tea Party exclusiva para los más pequeños fue llevada a cabo en uno de los salones más bonitos del conocido hotel parisino, el Louis XV.
Una insólita fiesta cuyo objetivo no era únicamente el lanzamiento de Petite Collection, si no que durante esta velada Didier Steudier chef del Ritz París y el propio Alber Elbaz ensalzaron la tarta de chocolate ganadora del concurso que Lanvin llevó a cabo durante el pasado mes de Noviembre, y que consistía en un llamamiento para que madres e hijas aunasen fuerzas y presentasen lo que según ellas era “La mejor receta de tarta de chocolate”, así como un ejemplar de la misma, ¿Curioso verdad?
La atmósfera del lugar no pudo ser más apropiada para la ocasión, globos de colores, juguetes varios e incluso un teatro en miniatura hicieron las delicias de los más pequeños, mientras sus padres disfrutaban de té y pastas francesas y admiraban a su vez las pequeñas joyas que Lanvin había creado.
At the beginning of December a cute and original event took place in the Ritz of Paris, to mark the arrival of Lanvin Petite Collection to shops, the first collection for kids of the French brand, a Tea Party exclusive for kids which was celebrated in one of the most marvelous reception rooms of the Parisian hotel, the Louis XV.
An unusual party whose objective was not only the launch of the Petite Collection, even though during this evening Didier Steudier chef of the Ritz Paris and Alber Elbaz praise the winner chocolate cake of the contest Lanvin held during November, and which consisted in a call for mothers and daughters to join forces and present the ‘Best chocolate cake recipe’, so as an example of it, a curious contest, isn’t it?
The atmosphere of the place couldn’t be more appropriated for the occasion, colorful balloons, toys and even a small theater delighted the children while their parents enjoyed tea and some French patisseries and admired at the same time the treasures designed by Lanvin.