Los excesos alimentarios y alcohólicos no sólo nos los revela la balanza, sino que también nos provocan efectos perjudiciales como por ejemplo que el organismo envejezca más rápidamente. De ahí que, ante el propósito de hacer bondad después de las fiestas navideñas, muchos expertos rehuyan la propuesta habitual y tradicional de dietas de régimen. Muchos aconsejan una alimentación que active la proteína que generan los mismos antioxidantes del organismo, que, a su vez, son los verdaderos escudos protectores contra el envejecimiento prematuro de las células y también de los tóxicos ambientales. Y, además, también consiguen que las digestiones mejoren. “Hay personas que optan por tomar antioxidantes en forma de complementos vitamínicos, pero así no incrementan la propia actividad antioxidante que tiene nuestro cuerpo”, dicen los expertos. Los alimentos que aumentan la capacidad del gen generador de antioxidantes (llamado NRF2) se pueden dividir en dos tipos. Los primeros son los que contienen quercetina, como el alforfón, el té verde, la uva, la manzana, la cebolla y los arándanos. Así que, para el desayuno, una tostada de alforfón con aranyols y un zumo de uva o una manzana es una propuesta ideal. Un café también irá bien, porque la cafeína también pone en marcha el gen antioxidante: “Está bien tomar dos cafés y dos tés al día, pero es una recomendación general, que debería concretarse según la tolerancia de cada uno con la cafeína “.
El segundo grupo de alimentos son los que están compuestos por astaxantina, entre los que está el salmón, los crustáceos, las gambas y las cigalas de pigmentación roja. Por tanto, una buena propuesta para el almuerzo y la cena es la sopa de cangrejo, por ejemplo, que se prepara haciendo hervir los cangrejos con agua mineral y también con uno o dos tomates maduros. Y salmón a la plancha, de segundo plato. La comida se puede acompañar con una copa de vino, sobre todo el blanco monovarietal de Xarel.lo, porque incluye estilbeno, un derivado del resveratrol que contiene también la uva. “Va de maravilla para que el organismo ponga en marcha su capacidad antioxidante”, afirma un experto.
A la hora de cenar, la opción recomendable son las crucíferas (coles, coliflores, repollos, brócoli) porque contienen sulforafà, otro de los componentes necesarios para la alimentación antioxidante. Así, es aconsejable preparar un caldo con brócoli y cebolla por ejemplo. Y si se sufre la sensación de tener la barriga hinchada, lo ideal es un caldo de nabo, apio, perejil y limón. Los cuatro ingredientes son diuréticos, y van bien para tomarlos solos o para combinarlos con las verduras crucíferas y hacer una crema. Otros alimentos que activan el gen antioxidante son el propóleo de la miel, que también aumenta las defensas, la cúrcuma y el curry, que se pueden aplicar a los platos como condimentos. También hay que corregir todos los alimentos que contienen omega-3, como las algas, el pescado azul, el marisco y el pescado blanco.
Esquivar los alimentos procesados
La naturópata especializada en alimentación Adriana Ortemberg recomienda volver a la simplicidad de la comida para que el hígado y los riñones descansen después de unos días con excesos. En la práctica, la simplicidad, como dice Ortemberg, y como también ha escrito el periodista estadounidense Michael Pollan en sus libros, es consumir alimentos que no son procesados. “Las frutas y las verduras, sobre todo las de hoja verde, son las primeras recomendadas, porque aportan una sensación saciante, al tiempo que contienen fibra, necesaria para limpiar”, explica Ortemberg.
También es importante la ingesta de líquidos, ya sea en forma de agua, infusiones, zumos naturales o caldos, “porque son ideales para limpiar los riñones”, destaca la naturópata. Y si se incrementan los líquidos, habrá que rebajar la cantidad de proteínas animales, es decir, el consumo de carnes y embutidos especialmente. “Si nos gustan las proteínas, optaremos por el pescado, sobre todo el pescado azul, que es económico y muy saludable, en vez de la carne”. Las legumbres, como fuente proteica, se deben mantener. “Tienen fibra y sacian, como las verduras. Por lo tanto, se convierten en indispensables en una alimentación con la que se busca eliminar peso y con la que se reduce la ingesta de la proteína de la carne “, subraya Ortemberg.
Por último, la naturópata recomienda disminuir las comidas diarias también de cereales, incluso los integrales, que tienen un índice glucémico bajo. “Hay que disminuirlos, pero no eliminarlos del todo, claro”, precisa Ortemberg. Ella lo justifica porque los cereales se convierten rápidamente en grasa, ya que son ricos en almidón. Con todo, la naturópata subraya que sus recomendaciones son generales, y que seria necesario estudiar cada persona por separado ya que, por ejemplo, “un deportista nunca puede reducir los cereales de su dieta”.
VIA Ara
La forma más rápida de recuperarte de los excesos de estas fiestas de Navidad
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