¿Cuántas veces has intentado ahorrar sin éxito? ¿Sabes lo que gastas semanalmente en vicio? ¿Y en supervivencia? Este método es la solución para todos tus males.
El kakebo viene de Japón y es un híbrido entre agenda y libreta de cuentas. Se dice que Tomoko Hina, primera mujer periodista japonesa, fue quien a principios del siglo XX ideó el primer kakebo para ordenar y registrar el gasto doméstico. Las amas de casa lo adoptaron para organizar la economía familiar y administrar óptimamente los recursos. Ahora su aplicación se ha extendido y hay kakebos de todos los tipos y de todas las variedades y modelos, desde para familias numerosas hasta para solteros. Y por primera vez aquí el ejercicio de 2014 contará con el Kakebo, libro de cuentas para el ahorro doméstico, publicado por Blackie Books (17,90 euros).
A partir de ahora las cuentas serán claras. Estructurado por meses y semanas, como si de una agenda se tratara, lo único que hay que hacer es ser constante y honesto. Cada día el kakebo te da un espacio para apuntar lo que gastas en bares, en tabaco, en comidas y cenas fuera de casa en el apartado pertinente: supervivencia, ocio y vicio, cultura o extras. A final de mes toca hacer balance y sumar todos los resultados semanales. “Tras el primer mes mucha gente tiene un shock al tomar conciencia de donde se va la mayor parte de su dinero, especialmente en el apartado de ocio y vicio”, afirma Raul S. Serrano, coordinador de esta cuidada edición –diseñada por el estudio Setanta e ilustrada por Cristóbal Fortúnez–, que va a cambiar la vida de muchos. El kakebo se empieza en enero y a cada principio de mes se establecen unos objetivos mensuales y unas promesas. La verdad se manifiesta al final de cada mes; momento clave para decidir si se quieren cambiar las cosas de cara al siguiente período.
“No se trata solo de ahorrar sino de tomar conciencia de en qué gastas tu dinero, consumimos más por impulso que por necesidad pero no somos conscientes de ello”. El kakebo no tiene como finalidad ahorrar de forma acumulativa con el simple objetivo de tener más, sino que te ayuda a ahorrar para que puedas gastar el dinero en lo que de verdad quieres o necesitas mediante la planificación de objetivos mensuales. “Escribir tus objetivos también ayuda a que se materialicen, les das la importancia que merecen y por eso funciona”, afirma Serrano.
Detrás de kakebo hay una filosofía de reflexión sobre el consumo, un intento de darle valor a las cosas que lo tienen y ser capaz de señalar el resto. También promueve la costumbre de compartir e incluye un esquema que ayuda a tomar decisiones a la hora de hacer un gasto señalando entre los factores importantes la posibilidad de que el producto adquirido pueda compartirse.
“Me conformo con que el libro sirva para algo a las personas que lo usen, independientemente de si ahorran o no”, dice Serrano. Y es que en un entorno de crisis y de disminución de los ingresos de muchas personas, el kakebo puede ser la herramienta idónea para cambiar los hábitos de consumo o como mínimo para tomar una realista conciencia de por donde se va el dinero.