Seguro que todos conocéis los destornilladores imantados, que facilitan el trabajo ya que aguantan los tornillos sujetos al destornillador mientras trabajas. Lamentablemente mi destornillador no es de los imantados, pero he encontrado un truco para imantarlo y así me ahorro un dinerito. El truco es coger cualquier imán que tengas por casa y acercarlo a la punta del destornillador unos segundos. De ésta manera tendrás la punta del destornillador imantada durante unos segundos, tiempo necesario para colocar el tornillo. Repite tantas veces cómo necesites. Es un truco muy sencillo. Aunque te dé pereza al principio, si lo pruebas una vez repetirás siempre, ya que facilita muchísimo el trabajo.
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