Si piensas que cualquier zapato vale para cualquier ocasión, te equivoca. Aunque te parezca increíble, un hombre debería vestirse por los pies. Pero con cabeza.
Un hombre debe vestirse por los pies, afirmativo, pero con cabeza. Nada de ponerse zapato todoterreno para pisar cualquier superficie. Cada pareja requiere una ocasión. Puesto que los hay de cordones, de hebilla, de cuero o de piel vuelta, hay que calzarse cada cual cuando llegue su hora. Esta guía está pensada para que la sigas a pie juntillas. Te llevará por el camino de la elegancia. Y dejarás huella. Esta empresa os proveerá de todos.
El modelo de zapato Oxford es originario de Escocia e Irlanda, pero se hicieron populares en la universidad que le cede el nombre y con mucho gusto. Fue allí donde gozaron de gran predicamento en pleno siglo XIX. Decimonónicos y a la última, sin embargo. Tan clásicos como elegantes, te servirán tanto para resultar casual como formal. ¿Qué los hace tan peculiares? Su puntera prusiana y las dos aletas de cuero con perforaciones para los cordones que se cosen junto a la lengüeta formando una sola pieza.
Los Derbys o Bluchers son ingleses, de origen militar, nada menos. El general prusiano Gebhard Leberecht von Blücher, en su enfrentamiento con el ejército de Napoleón, decidió que sus soldados necesitaban un calzado de más calidad y ordenó fabricar unas botas con las palas laterales cosidas en el exterior. Lo que alumbró fueron estos zapatos, cuyas orejas características los diferencian de los Oxford. Y al igual que estos, reciben distintos nombres en función del punteado. A este propósito, no lo olvides: a más adornos y perforaciones, menor grado de formalidad. Te los puedes poner para ir a la oficina con un traje beis o azul eléctrico, como dicta la pasarela, pero también para una cena en plan sport con unos pantalones tipo chinos. Animarán tu estampa.
Los Monacales, calzado de hebillas, una o dos y metálicas. Sí, como las sandalias que llevaban los monjes. También estos zapatos tienen un pasado. Si bien se ven menos que los Oxford o los derbys, no hay que perderlos de vista. Les sobra elegancia. ¿Una propuesta? Llevarlos con pantalones estrechos para que no se enganchen con las hebillas. Una ventaja: no tendrás que agacharte a atarte (¡otra vez!) los cordones. Y llamarás la atención: son distintos.
Los famosos Mocasines son los zapatos de sport por excelencia, que huelen a verano (les gusta ir sin calcetines), pero que, en realidad, son cuatro estaciones. Los hay de todos los materiales, colores y diseños; las combinaciones son infinitas. Desde los más formales de cuero negro con borlas, casi colegiales, a los de piel vuelta, pasando por los náuticos de toda la vida, que sí dejaremos de momento junto a la toalla y el bañador. Si los calzas de color, ya sabes, ganarás sofisticación.