Lo escuchamos muchísimo y especialmente en el trabajo. Pero, de donde salió el concepto de la milla extra?
El Imperio Romano se caracterizaba por imponer trabajos forzosos a los judíos durante su conquista.
La ley permitía que un solado Romano tenía derecho sobre un judío para llevar su armadura o cualquier otra cosa por una milla de distancia, no más. Sin embargo, muchos abusaban de este beneficio y se extendían.
Durante el tiempo que Jesús estuvo en la tierra enseñó: “Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Mat 5:41″
Podría sonar esto injusto al principio pero tiene una trascendencia mayor:
Adquirir una actitud humilde.
No conformarse con las normas establecidas. Respetarlas sí, pero no conformarse.
Sorprender por madurez a quienes piensan que te imponen una carga.
Ser proactivo. Dar la milla extra es extenderse en el camino, en el horizonte y te anticipas al punto de llegada y brindas más.
Tiende a generar una reacción en cadena. Puede que ni nos demos cuenta, pero sucede.
Pero sobre todo, es una acción voluntaria que tiene un poder transformador en las personas que están a tu alrededor. Jesús dio la milla extra. Quién daría su vida por personas como vos o yo, que puede que no valgamos la pena? y con ello nos ofrece Vida Eterna. Definitivamente dar la milla extra agrega un valor auténtico y desinteresado en las relaciones humanas, transforma estructuras mentales, modifica tu estilo de vida.
Me animaré dar la milla extra, espero no fallar con esa misión personal. Y vos?
Por: Ana Mc.
Fotografías: Ana Mc.
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