El cuello delata tu edad

En nuestra rutina de belleza, no debemos olvidarnos del cuello, es una de las zonas más frágiles del cuerpo.

Al tener menos glándulas sebáceas se deshidrata y seca con mucha facilidad, tiene menos tejido adiposo y es presa fácil de la flaccidez, momento en el que nos damos cuenta que no le hemos prestado los cuidados adecuados. 

Desmaquillamos ojos y rostro, pero no debemos olvidar que la cara no acaba en la barbilla, el cuello debe tener los mismos cuidados que el contorno de ojos y el resto de nuestra cara.



Hay que desmaquillarlo a diario, también debemos aplicar el tónico para equilibrar el PH y continuar con la aplicación de una buena crema hidratante, apropiada a nuestro tipo de piel.

Cuando usemos nuestra mascarilla habitual, no debemos olvidarnos de la zona del cuello, también debemos aplicarla, especialmente después de los treinta años.

Como sucede con el contorno de ojos, la delicada piel del cuello, muestra el paso del tiempo antes de lo que nos gustaría, por eso a menudo hace falta mimarla con cremas reafirmantes o de efecto lifting, para evitar que los males vayan a mayores.

Pero las posturas también cuentan y frecuentemente adquirimos hábitos muy perjudiciales para nuestro cuello y que irremediablemente terminan pasando factura.

Si trabajas delante de un ordenador, procura que la pantalla esté a la altura correcta.

Evita en lo posible la mala costumbre de sujetar el teléfono entre oreja y cuello, procurando hacerlo el menor tiempo posible si es necesario.

Lo más importante en cuanto a las posturas es la elección de la almohada, si acostumbras a dormir de lado elige una que sea dura y alta, para que te ayude a compensar el espacio entre los hombros y la cabeza. si por el contrario eres de las que prefiere dormir boca abajo, entonces te conviene un modelo bajo, lo importante es mantener el equilibrio y lograr una buena fluidez entre la linea del cuello con respecto a la columna vertebral, es decir, lograr posturas no forzadas.