Sin embargo, hay uno clave y mucho más sencillo que puedes poner en práctica desde ya: cambiar la funda de tu almohada.
Por lo general, nuestras sábanas suelen ser de algodón, pero este material tiene una alta tasa de absorción y también causa una cantidad significativa de fricción.
No así la seda. Esta no absorbe los aceites naturales del cuero cabelludo, lo que significa que el cuero cabelludo no produce aún más para reponerse.
Además, es bien sabido que tiene otros beneficios para tu piel: al dormir con una almohada de seda, evitas la fricción que tu cara tienen cuando dormimos, las cuales pueden formar arrugas por la presión y la fricción entre la piel y el material.
Y bueno, finalmente, si ya sigues el consejo de lavarte el pelo un día sí y el otro no, si usas una funda de seda, no batallarás tanto para bajarte el almohadazo por la mañana.