Hoy os cuento que ya tengo otro pequeño avance en la organización de mi boda. En un post anterior os dije que quería hacer muchas cositas “Hand Made” (o como se dice ahora DIY: Do It Yourself). Principalmente por ahorrar algo de dinero pero también porque esta es sin duda la mejor forma de personalizar la celebración.
Pues bien, el primer DIY de mi boda son las invitaciones! Con esto consigo que sean únicas y personalizadas 100% pero, en cuanto al ahorro de dinero, tampoco os creáis que me he ahorrado una barbaridad porque lo cierto es que podéis encontrar invitaciones sencillas por un precio muy económico. También tengo que decir que en mi caso no me he conformado con imprimir un texto, recortarlo y meterlo en un sobre… nono, no podía ser tan fácil, me he complicado un poco la vida con unas invitaciones bastante elaboradas y con muchos detalles. Probablemente si miro lo que costaría mi invitación en una tienda sí me esté ahorrando mucho, pero si comparo con invitaciones más sencillas, el ahorro no es muy grande.
Me he decidido a hacer las invitaciones yo misma porque no encontraba nada que encajara con la idea que tenía en mente y… bueno, pues también porque me hacía ilusión… que queréis que os diga… me hace mucha ilusión hacer nuestras invitaciones de boda. El hecho de hacer nuestras propias invitaciones me ha despertado el gusanillo de querer hacer más cosas por mi misma (os aviso de una cosa: esto de DIY engancha, la sensación de satisfacción y de orgullo de “lo he hecho yo” crea adicción) así que, ya estoy embarcada en otros proyectos DIY para la boda, os los iré enseñando.
Antes de seguir con las invitaciones debo aclarar una cosa, una vez que tenemos cerrado banquete y demás, debemos darle un repaso a la lista de invitados para verificar cuantas invitaciones necesitamos. Si tenemos 200 invitados no es necesario hacer 200 invitaciones, tener en cuenta que a las parejas sólo les damos una, a una familia completa también le daremos sólo una, etc… Yo no hice muchos cálculos y directamente decidí hacer la mitad de invitaciones que de invitados, sé que sobrarán algunas pero lo hago por seguridad ya que, al ser “hand-made”, corro el riesgo de que alguna no me salga bien y no sirva para entregar y además, quiero guardar alguna de recuerdo y seguro que nuestros padres también. Mejor que sobre que que falte!
Quería una invitación especial y diferente, que encajase con mi idea de boda (ya sabéis: algo sencillo, con aire rústico y romántico) y además quería que tuviese los colores básicos de la boda. Vamos, quería que la invitación reflejase de algún modo como va a ser la boda. Buscaba algo diferente pero tampoco excesivamente “original” porque he visto algunas invitaciones suuuper originales pero que a mi realmente no me gustan mucho… hay algunas muy divertidas pero creo que son para otro tipo de bodas, quizás más informales o con otro tipo de invitados. Además, siempre busco cosas que con el paso del tiempo no se vean rídiculas, ni desfasadas. Creo que en cosas que van a quedar de recuerdo para toda la vida siempre es mejor ser un poco más clásico y conservador y no dejarse llevar por modas pasajeras. Cuando dentro de 15 años vea mi invitación de boda quiero que me siga gustando y no pensar “como pude entregar esto a la gente?”
Recurrí a Google y Pinterest para poner en marcha mi inspiración y buscando, buscando… no encontré gran cosa :-/ Intenté buscar una invitación del estilo que quería ya hecha así que pedí un par de muestras a una página web (que no recuerdo el nombre…) pero no me gustaron nada cuando las recibí. Nuestro fotógrafo también ofrece invitaciones así que, miramos sus 4 enormes catálogos pero tampoco vi nada que me llamase excesivamente la atención. Así que empecé a mirar ideas DIY y un día, así sin querer, porque en realidad estaba buscando otra cosa, encontré una invitación que me enamoró… me gustó tanto tantísimo que ya ninguna otra cosa me convencía, esa invitación tenía todo lo que yo buscaba, el estilo, los colores… todo! Así que esa sería nuestra invitación.
Nunca en mi vida había hecho nada DIY con lo cual no sabía si iba a ser capaz de hacerlo yademás hacerlo bien así que, fui reuniendo poco a poco todo lo que necesitaba para hacer una sola invitación, (la “invitación piloto” como yo le llamaba). La invitación lleva bastantes detalles así que, entre buscar sitios donde comprar todos los elementos, comparar precios, hacer pedidos y esperar a que llegase todo tardé bastante tiempo. También tenía que saber si se ajustaría a nuestro presupuesto para invitaciones porque si la invitación me iba a salir carísima obviamente no me merecía la pena el esfuerzo y la dedicación.
Me llevó su tiempo decidir como sería la invitación definitiva, había que redactar el texto, elegir la tipografía, la combinación de colores… Fueron pruebas tras pruebas hasta dar con la definitiva. Una vez terminada la invitación piloto, comprobé que me encantaba y que sí, las podría hacer yo :-D . Hice cuentas de todos los materiales que necesitaría para hacer 100 invitaciones y sí, se ajustaba al presupuesto. Y ya por último, con el visto bueno de mi futuro marido (que raro me suena aún… jajaja) y de las pocas personas a las que se la enseñamos, pedí todo el material necesario para ponerme manos a la obra.
Lógicamente no os las puedo enseñar todavía pero en cuanto las reparta a todos los invitados os las enseñaré para que me digáis que os parece :-) Por el momento sólo os diré que a mi me chifla, tiene ese aire rústico que buscaba pero al mismo tiempo tiene elegancia y romanticismo, es algo diferente a lo habitual y sobre todo… la he hecho yo! Tiene un poco de mi, de mi trabajo, de mi tiempo y toda mi ilusión :-)
Las invitaciones se suelen entregar con unos dos meses de antelación pero, nosotros al vivir fuera nos saltaremos el plazo ya que no sabemos si justo dos meses antes podremos ir a casa ni si tendremos el tiempo suficiente como para entregar todas así que en cuanto vayamos unos días a nuestra tierriña ya empezaremos a repartirlas.
Vosotras ya tenéis invitaciones? Os habéis planteado el DIY?
Muchas gracias por pasaros por mi pequeño rincón!
Besitos bellas!
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