Cuchillas: tienen diferentes formatos según tipos de pieles y con distinto número de hojas. Son muy prácticas porque pueden usarse en cualquier lugar y momento, además de ser realmente económicas. Como contra hace que el cabello sea más grueso y dure muy poco tiempo. Por otro lado, en ocasiones pueden generar irritación en pieles muy sensibles, además de accidentes, como cortes.
Maquinillas eléctricas: existen diferentes tipos de cabezales o adaptadores, son más duraderas que las anteriores y podemos hacerlo en cualquier lugar que tenga electricidad. Este método debilita el vello y a la larga notaremos que éste crece cada vez más fino y con menos frecuencia. Sin embargo, puede ser doloroso e, incluso, puede causar irritación en pieles sensibles.
Ceras: uno de los métodos más antiguos y extendido por ayudar a debilitar el folículo piloso, con beneficios similares al sistema anterior. No obstante, para pieles sensibles, personas con varices o arañas no es recomendable pues puede acarrear problemas y para muchas personas es considerado un método menos práctico porque se necesita un recipiente para calentar la cena y un aplicador.
Láser o luz pulsada: son los más novedosos y trabajan con el contraste de la piel. Para que sean más efectivos lo ideal es que tu piel sea clara y tu vello oscuro, para que haya un contraste mayor. Si no posees estas condiciones debes tener en cuenta que puedes necesitar demasiadas sesiones y poseer un coste superior.
¿Cuál es tu método preferido?
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