Hoy me vas a permitir que no hablemos de costura; estoy al filo de los 50 y hay cosas que no dejo al azar especialmente cuando he decidido que me veas la cara en cada vídeo.
Desde que rozo esta nueva década que se me avecina, hay un gesto de belleza al que le concedo más importancia porque sé que si una piel no está perfectamente limpia y exfoliada, difícilmente va a poder absorber ningún tipo de crema por muy cara que sea.
Ya te que he confesado mi edad, comentaré también algunos cambios que he percibido a las puertas de los 50 de los que no se suele hablar mucho pero que ahí están: arrugas (eso ya lo tenemos asumido), cuatro pelos locos que salen en la barbilla (benditos cambios hormonales), piel apagada y pérdida de visión (alimentada por las horas de costura, eso seguro).
La pérdida de agudeza visual arregla el tema de las arrugas y la piel apagada (ojos que no ven…) pero resulta que los pelillos aunque no se ven, se sienten. Permíteme que le eche un poco de risa a la cosa, aceptar el paso del tiempo requiere también de un poco de humor.
De modo que cuando conocí el Braun Facespa Pro 913 tuve la sensación de que con solo ajustarme la graduación de las gafas se me resolvían de un plumazo todos mis “problemas”.
Conozco los cepillos de limpieza facial desde hace mucho, de hecho mi marido me regaló el primero que Braun puso en el mercado hace ya más de diez años y lo he usado muchísimo. Cuando me ofrecieron la oportunidad de probar este nuevo modelo no lo dudé.
El Facespa Pro viene con tres cabezales que parecen diseñados a mi medida: uno para limpiar en profundidad y exfoliar la piel, otro depila pequeñas zonas de la cara (cejas, labio superior, barbilla…) y el tercero te ayuda aplicar tus cremas y a que penetren mejor en la piel proporcionándote un masaje muy agradable.
Lo que Braun no sabe es que yo además me cuido mucho las manos que es lo que más veis de mí en los vídeos así que también uso el cabezal de microvibración para aplicarme crema de manos cada noche.
El cepillo de limpieza se puede usar en seco o mojado, perfecto porque yo soy de las de agua y jabón.
El cabezal de depilación además de acabar con esos pelillos que te comentaba y que mis ojos no ven pero yo sé que están ahí, me ayuda a delinear las cejas en un minuto. Estoy por mandar a paseo las pinzas y despedirme del espejo de 10 aumentos que me compré hace un par de años para mantener cada ceja en su sitio.
Yo llevo 15 días usándolo y noto la piel más luminosa y los poros más limpios (siempre andaba a vueltas con los poros, en especial los de la zona T). Y con el tiempo que me ahorro en depilarme las cejas, el labio superior y buscarme los cuatro pelos de la barbilla me da tiempo a coser un poquito más.
Me encanta que sea inalámbrico, que venga con un pequeño soporte para tenerlo en el baño siempre a mano y con una bolsita donde meter todos los accesorios y llevármelo a cualquier parte.
Vamos, que si Braun no hubiera tocado a mi puerta, serían los Reyes Magos nos que me lo hubieran regalado este año.
Si tú también quieres tenerlo en casa, visita este enlace y lee toda la información que el fabricante ofrece sobre esta maravilla.
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