Los varones se han lanzado de lleno a la cosmética, todo un símbolo de los nuevos aires que soplan en torno al concepto de masculinidad. Se acabó aquello de que "el hombre y el oso; cuanto más feo, más hermoso". A partir de la década de los años noventa los hombres han empezado a cuidarse y preocuparse por su estética, una faceta hasta entonces reservada a las féminas.
Algunos incluso acuden a los institutos de belleza y se prestan a pequeñas intervenciones para mejorar su aspecto. La industria cosmética ha visto aumentar la demanda de productos de cosmética masculina que no irriten, limpien e hidraten el rostro de los varones.
Un mercado masculino
Un 40% de los españoles admite que los utiliza y tan sólo un 6% los considera 'cosa de mujeres'. El hombre -cuya piel tiene características propias a causa de la barba, las hormonas y su mayor acidez- se ha hecho un hueco en las estanterías de este tipo de tiendas con cremas de afeitar, bálsamos de acción tonificante y astringente para después del afeitado y cremas hidratantes.
El afeitado supone una agresión que muchos practican a diario. Este ritual puede destruir hasta tres capas de la epidermis, y la piel sólo cuenta con 24 horas para recuperarse. Aunque la maquinilla eléctrica supuso un gran invento, tan sólo la utilizan un 5%. ?Sabías que cada varón invierte unos tres años de su vida en afeitarse?
Variedad y calidad
Los primeros cosméticos que irrumpieron en el mundo de los hombres fueron los after-shaves. En un principio les dejaban el rostro en llamas, ya que su ingrediente básico era el alcohol, un producto que cicatriza y refresca. Las pieles sensibles, secas y grasas padecieron en carne propia sus terribles efectos. Hoy, los hombres disponen de una variada oferta de lociones, geles, bálsamos y cremas que calman, suavizan y regeneran su piel.
Estos productos ya no son grasientos, sino que se absorben fácilmente y hacen frente tanto a la sequedad como a la tirantez. Entre las sustancias calmantes que contienen destaca el regaliz y la caléndula. También se añaden agentes reparadores.
Entre estos últimos, sobresalen la vitamina E, que protege las membranas de las células gracias a su poder anti-oxidante; la vitamina B5, que alivia la irritación, estimula la cicatrización y ayuda a mantener el equilibrio dérmico; y las vitaminas PP, H y F y los derivados de la elastina. Además, tampoco faltan en la receta ingredientes antisépticos y anti-irritantes a base de aloe vera, agua de avena y alantoína.
Hidratantes para ellos
Paralelamente a estos avances, aparecieron las cremas hidratantes masculinas. El sol, el aire, el frío o la contaminación se ensañan con la piel y arruinan su lozanía en ambos sexos, aunque el hombre resiste mejor las agresiones externas. Las hidratantes actúan como un escudo protector frente a las agresiones del medio y el paso del tiempo, reteniendo y conservando el agua de la delicada envoltura que cubre nuestro rostro.
Tanto en su línea masculina como femenina, los principios activos que contienen los actuales productos hidratantes son muy similares en calidad de protectores y antiarrugas. Pero los hombres reclaman para los suyos tres exigencias básicas a la hora de incorporarlas a su neceser: que no sean grasientos y se absorban con rapidez, que no se noten y que dejen la piel flexible. Las cifras estiman que el 25% de los europeos son asiduos a las cremas hidratantes y una cifra similar emplea leches limpiadoras o tónicos para cuidar su piel.