Reconozco que, en un primer momento, las plumas de Diane Kruger no me han convencido del todo, me daban sensación de incómodas y de pesar una tonelada. No obstante, cada vez que la miro me gusta más y más y, he de admitir que, con plumas o sin ellas, estaba espectacular, como siempre. Camilla Belle increíble, de lo mejorcito de la gala sin duda. Gwtneth Paltrow, como siempre, perfecta y fiel al minimalismo, una lección de cómo ser sexy sin ser ordinaria. Milla Jovovich correcta, femenina y favorecida. Estas fueron algunos de los looks más resaltantes durante la Gala del MET.
También vimos en esta Gala del MET a Gisele Bündchen llevaba un vestido precioso en negro y con pedrería, que le sentaba genial y que, pese a que se nos olvide por cómo lo lucen otras invitadas, demostraba por qué Givenchy es una de las grandes firmas. ¿Una pega? No entiendo por qué teniendo las mechas californianas más deseadas del mundo se tiñe de morena que, además, le favorece muchísimo menos. Emma Stone va guapa porque lo es y tiene mucho estilo, pero echo en falta un vestido largo más espectacular, tal y como nos tiene acostumbrados. ¿No os parece?
Scarlett Johansson con un vestido bonito y muy romántico, pero demasiado visto ya y, en mi opinión, otros colores la hacen estar mucho más espectacular. Cate Blanchett ha sido alabada por muchas pero a mi tanto pelo no me termina de convencer... será que yo soy más de las de menos es más... Sin embargo, el toque años cincuenta de Kristen Dunst me parece genial para animar galas en las que todas parecen ir iguales y de modernas se pasan con los brillos.
¿Alguien se atreve a meterse con Anna Wintour? Yo no desde luego, porque si se trata de rendir homenaje a Elsa Schiaparelli, qué mejor modo de hacerlo que con su símbolo más emblemático, la langosta inspirada en el cuadro de Dalí, y si, además, Prada es quién patrocina el evento y la artífice de este diseño pues el tiro sale redondo. Por otro lado... ¿para que negar que El diablo viste de Prada? (Perdón por el tópico pero es así). January Jones sabe defender el amarillo correctamente y Kate Bosworth sabe cómo convencerme con plumas, impecable, como nos tiene acostumbrados.
Sé que esto va a ser polémico y que la mayoría estaréis en mi contra pero el estilo camisón de abuela del Valentino de Sarah Jessica Parker a mi me encanta, me parece de lo más romántico y le resta años. Probablemente en otra lo detestaría pero en ella me parece un acierto, qué le vamos a hacer si no soy imparcial... Y lo mismo me ocurre con Lily Collins.
Rooney Mara con inspiración lencera que da un toque más original al habitual negro, Marion Cotillard sin terminar de convencerme, a pesar de mi devoción por ella, Renée Zelweger preciosa y femenina y Heidi Klum muy guapa con maquillaje nude, aunque tiene vestidos mejores.
A Beyoncé se le ha subido a la cabeza eso de ser la más guapa del mundo y ha decidido dejar poco a la imaginación con un Givenchy que no le hacía ningún favor ni a ella, ni a la firma. Tampoco me gustan Mary-Kate Olsen tan de funeral, ni Florence Welch que, pese admirarla por ser siempre arriesgada, esta ocasión se ha pasado. Amo a Coco Rocha como modelo, pero no puedo con los años ochenta, por muy Givenchy vintage que sea y muy innovadoras que sean sus mechas. Con Kristen Stewart pocas veces puedo y lo de sus zapatos-venda me supera.
Lo de ir de semi-estatuilla de los Óscar no me convence, ni en Karolina Kurkova, ni en Jessica Alba, ni en Bianca Brandolini, ni en Camerón Diaz.
Eva Mendes parecía más gruesa pese a su espectacular figura. Mención especial de manera negativa para Leighton Meester, no sé que me espanta más, si su pomposo vestido o su piel totalmente naranja.
Fotos: Vogue
¿Qué os parece?