Tacones altos, ropa ajustada, perforaciones o tatuajes en la piel, cabellos sometidos a estiramientos u otros procederes, en fin, una avalancha de tendencias para destacar la imagen y hacerla más atractiva, aún a costa de poner en peligro la salud.
En los últimos tiempos se han acentuado más algunas prácticas, que a pesar de las advertencias de los especialistas en medicina, siguen ganando adeptos, quienes no se detienen a pensar en que a largo o también a veces a corto plazos, les pasan la cuenta a su organismo, haciéndolo más propenso a enfermedades que pudieron evitarse.
Por supuesto, que cuando los diseñadores lanzan sus ideas en el vestir o en la manera de calzarse, obvian esos detalles, y se dedican más bien a buscar la belleza, la estética, el buen look.
VAQUEROS Y VESTIDOS AJUSTADOS
Los vaqueros en su diseño tienden a ser cada vez más ceñidos al cuerpo, y en cuanto al tejido se combina la mezclilla con elementos elásticos, lo cual influye en que se adhieran más al abdomen, muslos y piernas.
Hay chicas que usan tallas inferiores a las que debe llevar su cuerpo y se debaten en esa estrechez, aduciendo que es lo que dicta la moda, dibujar curvas de su silueta, sin apenas dejar lugar para los movimientos.
Luego aparecen los problemas de varices y celulitis porque se origina retención de líquido, se impide un buen retorno de la circulación sanguínea y así las cosas, aparecen varices y esos abultamientos celulíticos que restan belleza al cuerpo.
TACONES TAN FINOS COMO UNA AGUJA
Prescindir de tacones altos en el día a día, durante muchas horas, es una práctica habitual en las mujeres para lucir elegantes, pero va en detrimento de su salud, por eso lo aconsejable es reservarlos para ocasiones especiales.
No obstante, cada vez se enfatiza más en cuanto a diseño en la delgadez del tacón, que ya alcanzó la categoría de aguja ¡tan finos son! Y sobre los cuales van flamantes muchas chicas que luego se quejan del dolor en los pies, la inflamación de los tobillos o las piernas, porque provocan una alteración de la postura natural de los músculos de la pantorrilla, hay mayor presión en otras partes del cuerpo, como las rodillas o la espalda, pues todo el peso del cuerpo descansa sobre los pies.
A largo o a corto plazos pueden aparecer uñas encarnadas y fascitis plantar.
FAJAS Y CINTURONES
Ya el corset quedó atrás hace muchos años, pero lo sustituyó la faja que ajusta el abdomen y hace que la mujer luzca con mayor esbeltez, disimulando imperfecciones en esa parte del cuerpo, aunque a veces es tanta la apretura que desencadena problemas estomacales, varicosos y celulíticos.
Otro tanto resulta con el uso de cinturones ajustados, aunque generalmente las mujeres conocen algo acerca de esta situación, continúan ciñéndolos en sus cinturas y obstruyen el correcto paso de oxígeno e impiden realizar una respiración profunda que llegue hasta la parte alta del tórax.
Una de las negativas consecuencias es que los intercambios de gases no se dan de forma eficiente y el organismo acumula más gas carbónico, que es tóxico y acelera la oxidación de las células, provocando el envejecimiento.
PERFORARSE LA PIEL
No solo se usa llevar pendientes en las orejas, para lo cual hay que perforar la piel de esa zona, también se ha convertido en moda, ponerse aros en la nariz, la lengua, en la región de las cejas, el ombligo, como si de una feria de abalorios se tratara. Igual lo hacen las mujeres que los hombres, y ni unas ni otros se percatan que pueden adquirir una infección o alergia por tal motivo.
CABELLO ESTIRADO
Productos agresivos al cabello se usan a diario, aunque las firmas comercializadoras afirmen que son inocuos, pero su uso excesivo con el fin de lucir un pelo estirado o de tal o cual tonalidad, puede debilitar el pelo, convertirlo en quebradizo, carente de brillo natural.
Igual resulta dañino a los folículos pilosos las coletas que conllevan a estirar en demasía el cabello para recogerlo en la parte posterior de la cabeza, porque a la larga puede aparecer la alopecia.