HIFU, Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad, es un muy solicitado sistema de rejuvenecimiento cutáneo que ofrece resultados semejantes a los de una intervención quirúrgica pero de forma no invasiva.
HIFU trabaja mediante la aplicación energía de ultrasonidos focalizados y de alta intensidad, (tal como la luz del sol refractada en una lupa), para causar micro lesiones en el tejido mediante el calor, pero siempre manteniendo la piel circundante en perfectas condiciones.
A no asustarse que hay nada que temer, no es doloroso y los equipos de HIFU cuentan con un sistema visual que monitorea todo el trabajo de forma constante, con la finalidad de causar miles y miles de puntos microscópicos de coagulación precisos a diferentes profundidades.
Aquí radica su gran eficacia, estas pequeñísimas lesiones estimulan el proceso de neocolagénesis (la remodelación del colágeno) y cicatrización, esencial para que los tejidos comiencen a repararse y mejorar notablemente su estado.
Por esta razón es que desde la primera sesión se notan cambios, y conforme avanza el tratamiento se consigue el efecto de tensado y de levantamiento en toda la zona tratada.
HIFU se emplea en el campo de la estética para eliminar todos los signos de la edad como ser: arrugas, líneas de expresión y flacidez. También es efectivo para eliminar la adiposidad localizada, sobre todo en la región de la papada.
Beneficios del HIFU para quitarse años de encima
Se puede usar en todo tipo de pieles
Al no fotosensibilizar la piel, puede realizarse en cualquier época del año, incluso en el verano
Es mucho más efectivo que la radiofrecuencia
Resulta ideal para personas que no quieren someterse a un lifting quirúrgico, porque ofrece los mismos resultados en flacidez leve a moderada
Es capaz de igualar los resultados de las infiltraciones de colágeno y ácido hialurónico, pero sin necesidad de agujas
No se necesitan muchas sesiones, algo fundamental para un tratamiento que de por si es bastante costoso
¿El HIFU es para mí?
HIFU es un tratamiento indicado para personas de entre 35 a 55 años con flacidez leve a moderada, cejas y mejillas caídas, ovalo facial laxo, y que no quieren someterse a una intervención quirúrgica.
Cabe destacar que esto es relativo, sobre todo el punto de la edad, ya que hay personas con muchos menos años pero un gran deterioro en su piel por abuso del sol. En este caso también son buenos candidatos para HIFU.
¿Cómo es una sesión de HIFU?
Durante la sesión el profesional pasa el cabezal del aparato sobre la zona a tratar, en este momento se puede sentir un calor intenso o un ligero hormigueo, y en algunos casos molestias más intensas.
Es importante aclarar, que si bien HIFU es un tratamiento no invasivo, puede resultar molesto para algunas personas. Todo depende del umbral de dolor de cada uno.
En caso de que sea necesario, el especialista puede aplicar un anestésico tópico para minimizar las molestias.
Después de la sesión se puede retomar la vida diaria sin alteraciones, es probable que la zona tratada esté enrojecida y algo inflamada, pero esto desaparece a las pocas horas.
Después de cada sesión la piel se ve diferente y en mejor estado, pero es pasados unos 2 a 6 meses de finalizado el tratamiento que se aprecian los resultados definitivos, ya que este tiempo es necesario para la formación de nuevo colágeno y elastina.
La naturalidad ante todo
Por último, pero no menos importante, con HIFU se mantiene la naturalidad completa del rostro cosa que no ocurre con la cirugía.
Permite quitarse años de encima pero sin tener que resignarse a una apariencia “operada” que delata a leguas el paso por el quirófano.
Con HIFU el rostro se ve rejuvenecido, fresco, vital y lozano, mientras que el ovalo facial recupera la forma definida que había perdido por el paso del tiempo.
Escrito por: Daniela Montecchiarini