Desde aquí mi más humilde homenaje a uno de los diseñadores más completos de nuestro país.
Su faceta como diseñador de moda es, sin duda, la más conocida pero su capacidad creativa daba para mucho más y el diseño de interiores también ha sido una de sus múltiples facetas.
Por su marcado sentido estético y la importancia que le daba al diseño total, su casa y su estudio han salido al menos, en dos ocasiones en la revista Ad.
Sus casas eran una buena mezcla entre el buen diseño (en la foto, sillas de los Eames, mesa Jean Prouve, y balda String), todas ellas iconos del diseño del s.XX, y cierto toque Kisch en estampados y complementos. El resultado...
espacios almodovarianos actualizados.
Su faceta como diseñador de interiores no se limitaba a su vivienda y espacios de trabajo, su estudio también participo en el diseño de hoteles, como en este hotel boutique Finca Los Aranadinos, en la Rioja.
El hotel se sitúa entre las viñas de la finca que le da nombre y corona, como un gran cubo de cemento una pequeña colina llena de vides.
Su interior es una mezcla interesante de materiales vistos y piezas ligeras, que no restan protagonismo a las vistas que se tienen desde el recibidor y los espacios comunes.
Las habitaciones están muy bien aprovechadas mediante un sistema de paneles modulares, que esconden espacios como la ducha y el baño, y de medios tabiques que zonifican, y siguen dejando liberadas las espectaculares vistas con las que cuentan todas ellas. El efecto de módulo recuerda un poco a los espacios de Le Coubiser.
También encontramos dentro piezas de los diseñadores favoritos del diseñador como la escultórica lámpara de brazo de Jean Prouvé.
En el comedor continúan la ligereza del mobiliario y la importancia de los materiales con paredes revestidas de microcemento o de baldosas tipo metro junto a un techo inacabado al parecer, a propósito, en el que quedan marcadas las juntas de cada panel.
Imágenes del fotogénico pasillo, con el papel pintado de flores que le da color y fuerza en contraste con el resto de los interiores.
Por cierto, que además de por el diseño de David Delfín, la cocina de hotel y su spa bien merecen uan visita. Así que, ahí lo dejo, por si algún día puedes hacer una escapadita (que conste que no es publicidad, sólo un (muy buen), consejo)
Por último, alguna muestra de sus alfombras, que también diseño con motivos sencillos y su tipografía propia. Y es que ésta, (su tipografía) llegó a convertirse en parte importante de su marca, un sello inconfundible que está presente en muchos de sus diseños. En el hotel lo encontramos en varios señalíticas o incluso enmarcada en forma de cuadro.
Esta última imagen que tiene mucho de los imprescindibles de David, corresponde al estudio vivienda de su gran amiga, compañera y musa Bimba Bosé. Pareja sin duda de genios creadores que se han ido demasiado, demasiado pronto.
Nos queda eso sí, un gran legado de ambos. Descansen en paz y allá donde estén, que sea juntos de nuevo.