Necesitaremos dos o más colores de lacas de uñas, según el efecto que queramos lograr, un pincel de abanico y un bastoncillo con quita esmalte para eliminar los restos. Aplicaremos el primer tono que vayamos a usar de base. Cuando esté seco, pintaremos los pelitos de nuestro pincel con el siguiente tono y lo pasaremos sobre la uña. Haremos este proceso varias veces según los colores que vayamos a usar y, al finalizar, limpiaremos los restos con el bastoncillo.
¿Qué os parece?