¡Hola!
Para hoy, traigo un breve y sencillísimo tutorial para cambiarle el aspecto a ese complemento del que te has aburrido o se ha estropeado. En este caso, he escogido unos pendientes de plástico que tenían la pintura defectuosa (tienen muchos años y son baratísimos, así que valía la pena experimentar con ellos), pero por supuesto se puede hacer con cualquier otro objeto similar (una pulsera, un collar, un anillo, una diadema...).
He escogido un diseño de animal print, el clásico leopardo, porque es un tipo de estampado que me gusta llevar en pequeños detalles, en tonos marones y dorados, en su versión más clásica y acorde con la temporada.
Necesitaremos:
- los pendientes (o lo que vayáis a transformar)
- quita-esmalte y algodones o bastoncillos por si hay que corregir o limpiar
- esmaltes de uñas (colores al gusto)
- pincel de nail art o puntero (si no tienes, un palillo de los dientes te servirá perfectamente); yo he escogido un puntero de doble punta con diferente grosor
- top coat (si tienes también base, mejor y, si no, un esmalte transparente te servirá)
Paso 1: limpiamos la superficie con quita-esmalte (si es libre de acetona, mejor, porque será menos agresivo con el material). En este caso, lo hago así porque la superficie es de plástico y la pintura que traía se elimina fácilmente, pero si se trata de unos pendientes de metal, mejor pasar un trapito o algodón con alcohol y pintar encima:
Paso 2: aplicamos la base transparente para que la siguiente capa se adhiera mejor y aguante más tiempo (si no tienes base, usa el top coat habitual)
Paso 3: cubre la superficie con al menos 2 capas del tono principal de esmalte y déjalo secar en algún lugar donde no tenga rozaduras:
Paso 4: añade los detalles (o, si lo prefieres, deja los pendientes de un color sólido):
Primero, puntos marrones para hacer el centro de la "mancha" con la punta gruesa
Segundo, hacer los laterales de la mancha de leopardo con negro, y rellenar con puntitos para no dejar mucho espacio vacío con la punta fina del puntero
Paso 5: cuando esté todo seco, finaliza con el top coat y listo. También se puede optar por añadir un top coat de fantasía en lugar de usar uno transparente (con purpurina dorada, por ejemplo):
Hace tiempo hice lo mismo con otros pendientes y, de momento, no se me ha descascarillado el esmalte.
También pinté las llaves de casa, pero se estropean antes porque se usan a diario y están en constante roce.
Por otra parte, si no te convence el resultado, vuelves a pasar el quita-esmalte y a cambiar el diseño de nuevo, ¿vedad?.
¿Lo habéis probado?
¡Besos a tod@s!