Lo básico es lo mejor
Una regla de oro para conseguir un look perfecto cada vez que te diriges al trabajo, sobre todo si trabajas en una oficina, es tener presente que en casi todas las ocasiones no es necesario ser muy sofisticado en la elección de las prendas. En este sentido, puede ser de gran ayuda la búsqueda de un mayor equilibrio entre un estilismo formal y otro moderno, que no desentonará nunca en el puesto de trabajo. Además, otra de las claves en el éxito del vestuario reside en optar por colores no excesivamente llamativos, que estén perfectamente combinados en su conjunto. Con pocas reglas podrás desarrollar un estilo propio para crear un outfit de oficina inigualable.
Piezas para elevar el look
Una de las piezas más importantes se refiere a los pantalones que llevarás: es muy recomendable que puedas coordinarlos con equilibrio, no solo con la blusa sino también con los zapatos más indicados. Sin limitarte a los tonos más clásicos (blanco y negro), puedes optar por matices rosas, grises, y sobre todo estampados muy discretos para ofrecer una imagen más moderna, pero indicada para dirigirte a la oficina. Hablando de las blusas, hay muchas oportunidades para combinarlas, siempre que respetes el diseño para que puedas estar elegante en las jornadas laborales.
Bolsos y zapatos adecuados
Estos complementos son los que al final pueden decantar o no el look perfecto para ir al trabajo. Por ejemplo, los bolsos de Valentino, que se pueden encontrar también en tiendas online como yoox.com, son ideales para ir a la oficina, porque su design se adapta perfectamente al estilo individual de cada tipo de mujer. Lo importante es tener un bolso elegante, funcional y adecuado para llevar todo lo que se necesita en la oficina. ¿Y los zapatos? Una de las mejores decisiones es optar por las mejores marcas, con tacones (no demasiado altos) para aportar más elegancia a la imagen que se va a mostrar en la oficina. O por el contrario, en formato flats para estar más cómoda sin perder la elegancia.
Errores que hay que evitar
De todas formas, cualquier decisión en el vestuario para ir a la oficina, puede arruinar la imagen que deseas dar a los jefes y a los otros compañeros de trabajo. Uno de los errores más frecuentes es acudir a los centros de trabajo con blusas, pantalones o faldas con presencia de arrugas muy visibles. Esta incidencia tiene fácil solución con un correcto planchado o con otros fáciles trucos. Otra equivocación que puede cometerse es llevar combinaciones en prendas muy llamativas o desequilibradas. Al igual que ponerse los zapatos sucios o desgastados, y que aunque sean de un inmejorable marca comercial, produce un efecto de descuidado que llevará a una pérdida en la imagen de las trabajadoras.
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