Haremos una pausa en los regalos DIY del día de la madre para compartir mi post habitual de belleza natural, lo hago con un poquito de retraso... debí haberlo hecho la semana pasada, pero entre las fiestas y el trabajo no había podido preparalo, de todas formas no quería dejar pasar más tiempo para que no perdáis la oportunidad de recolectar las rosas naturales que tengáis en vuestros jardines y haceros vuestra propia agua de rosas.
No se si la habéis utilizado alguna vez, pero hacerlo tiene muchas ventajas sobre todo para las que tenemos la piel reactiva y propensa al enrojecimiento ya que calma, relaja, refresca y es una gran astringente, por lo que nos puede ayudar a reducir las venitas que salen en las mejillas y aletas de la nariz.
Para hacer nuestro agua de rosas debemos recolectar los pétalos justo antes de realizarla para que sean bien frescos y es muy importante que os aseguréis de que no han usado pesticidas en ellas.
Seleccionar solamente los pétalos.
Limpiarlos con agua fresquita.
Ponerlos a calentar a fuego lento en abundante agua destilada, cubrir la olla y no dejar que el agua llegue al punto de ebullición.
Cuando la casa huela a rosas y los pétalos pierdan su color, retiraremos la olla del fuego y dejaremos que los petalos maceren un par de horas.
Transcurrido ese tiempo ya podemos embotellar en un pulverizador que guardaremos en el frigoríafico, también podemos embolsar agua de rosas en unas bolsas de cubitos que podremos utilizar cuando queramos desinflamar cualquier zona como por ejemplo unas ojeras hinchadas, envolveríamos el cubito de agua de rosas en un paño y aplicaríamos sobre la zona.
¿Habéis usado alguna vez el agua de rosas?