En mi caso siempre me había pasado así. Sabía que mi propósito en la vida era algo más profundo que ver una determinada imagen en un espejo o armar looks de moda. Pero cuando comencé a trabajar con mis primeras clientas, en ocasiones no tenía el feedback que realmente necesitaba o esperaba de ellas, y claro, los pensamientos derrotistas me venían a la cabeza. No sabía qué podía estar pasando, ya que estas clientas acudían a mí para que les ayudara con su imagen, querían verse favorecidas, querían brillar y yo les podía ayudar, ¡parecía una relación perfecta! ¿Qué podía estar fallando?
Hasta que después de mucho investigar, practicar y principalmente después de comenzar mi propio camino de autodescubrimiento, encontré la clave.
Establecer una diferencia clara entre ayudar y apoyar ha sido para mí el punto de inflexión para que mis clientas se sientan más comprometidas, más satisfechas con el trabajo que realizamos juntas, y para mí como profesional que baso mi propósito en servir a los demás, ha sido como esa luz al final del túnel, puesto que estuve mucho tiempo preguntándome en qué fallaba, qué podía estar haciendo mal, hasta incluso me planteaba que este no era mi sitio, que no servía para esto.
Tuve que grabarme a fuego que ayudar y apoyar no es lo mismo, aunque muchas veces utilicemos estas dos palabras como sinónimos, y a partir de ahí todo ha ido a mejor, para mí y para todas las mujeres que me han dejado acompañarlas en su propio camino como profesionales y emprendedoras, lo cual es la base de mi Ikigai.
En la imagen superior tienes algunas palabras sinónimos de Ayudar:
Asistir, aliviar, proteger, evitar, auxiliar, influir.
Todas ellas tienen una connotación de intervención en el camino del otro. Ayudando al otro no solo estamos a su lado, sino que le hacemos parte de su trabajo. Piensa por ejemplo cuando enseñas a un niño a atarse los zapatos: "¿Te ayudo", le preguntamos, y automáticamente, le hacemos al menos una parte del lazo que el niño trata de hacer por sí solo. ¿Me equivoco?
Sin embargo, la tarea de Apoyar es algo más complicada:
Acompañar, sostener, enseñar, desarrollar, fundamentar.
Esta es en la senda en la que me sitúo yo como Asesora de mujeres profesionales y emprendedoras, porque los resultados son más duraderos y profundos. No te ataré los zapatos, te preguntaré porqué te cuesta atarlos por ti misma, qué ha pasado para que ya no te interese atarlos bien, analizaremos juntas qué quieres conseguir al aprender a hacer un lazo en los zapatos.
Quizás de primeras te resulte difícil o incómoda esta manera de trabajar, pero nunca dije que fuera fácil. Los procesos de autodesarrollo y autodescubrimiento son preciosos y a la vez con altibajos. Algunas cuestiones te costarán más, otras te saldrán rápidamente. Yo siempre estaré para acompañarte, hacerte las preguntas adecuadas, enseñarte a hacértelas a ti misma y luego soltarte la mano cuando hayas ganado confianza y seguridad, porque de esto se trata, de que tu autoconcepto y tu autoestima salgan reforzados en este proceso.
Ayúdate a ti misma y cuenta conmigo para ser tu apoyo en el desarrollo de tu imagen personal como mujer que sustenta una marca profesional.
Puedes comenzar por descargarte mi e-Book aquí abajo, y si quieres contáctame.
Cuéntame, ¿habías caído en esta diferencia tan sutil e importante a la vez entre ayudar y apoyar?