Y por fin llegó el gran día. Por fin la gran boda.
La cita era en Madrid, ¡y por la mañana!
Adoro las bodas de día, e increíble o no, a todas las que he ido este año eran de tarde. Por eso, he cogido esta con unas especiales ganas.
Y no sabéis el día más precioso que nos hizo. El sol brilló intensamente, casi más que la novia, algo muy difícil de superar, que no sucedió.
De eso y de los todos los detalles os hablaré más adelante.
Hoy sólo el look. Muy rosa, muy romántico.
Un cursi en todo su esplendor, inspirándome plenamente en ESTE POST, que escribí antes de comenzar la wedding maratón 2013. Lo mejor debe reservarse para el final, ¿no?
Vestido de dos piezas de Poète, salones de Fosco, bolsito de Bruna, abrigo de Zara y joyitas de herencias y regalos.
Me apetecía llevar tocado sí o sí. Y aunque en un primer momento mi idea era una coronita de flores con velo, después de probarme algunas desistí rotundamente porque me veía pinta de niña de comunión.
Finalmente le robé este tocado a mi madre.
Con tanto volante en la manga, me parecía que el pelo iría mejor recogido de los hombros. Pero ese día era fiesta nacional, es decir, peluquerías cerradas. Por lo que fui el día anterior y me hice unas ondas para al día siguiente recogerme el pelo en coleta con un toque de twist.
Fuente: este post proviene de Antojada por Vocación, donde puedes consultar el contenido original.
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