Una vez más encabeza la lista mi querida Diane Kruger, por atreverse con la mezcla de tres colores, elegir un dos piezas muy original y decantarse por los pantalones para un outfit de fiesta. Las transparencias y el cut out se inventaron principalmete para los cuerpos esculpidos para ser admirados. Así, un mismo vestidos puede resultar hortera o vulgar, o por el contrario, atrevido y espectacular, dependiendo de quien lo luzca. No es fácil cubrirse de franjas de tul de arriba a abajo, ni plantarse un par de cortes que abarcan gran parte del busto.
El romanticismo de colores suaves, volantes plisados, lazadas, cuellos victorianos, tules o mangas abullonadas es el gran triunfador de la alfombra roja del mes de noviembre. Si a priori nos puede parecer “ñoño” o insulso, nada más lejos de la realidad. No sé vosotras, pero yo me he dejado seducir completamente por estas mezclas de encajes y sedas, que a mí, personalmente, me invitan a soñar.
Y no podía ser otra que Chiara Ferragni quien enarbolase la rescatada década de los sesenta . Pocas se atreven a mezclar como ella glitter, tejidos, colores o estampados, y lo más difícil, hacerlo bien. Aunque el atrevimiento sube un par de peldaños de la mano de un esmoquin de pantalón corto y camisa abotonada hasta arriba que, paradójicamente, resulta muy sensual (tal vez no opine lo mismo el sexo opuesto).
El blanco y el negro, tanto juntos, como por separado, representan aquello de: yo voy a lo seguro, no vaya a ser que la fastidie… Y, ¿qué queréis que os diga? Puede que no se lleven el premio a la modernidad, pero nunca fallan. Así que si se os avecina algún evento y tenéis ya el miedo en el cuerpo y esa indecisión que os corroe las entreñas, apostadlo todo al black&white. No obstante, si sois de las de: “antes muerta que sencilla” o “ande yo caliente…”, seguid la estela de Sarah Jessica Parker.
Imágenes: Vogue.
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