Buscando un bolso de verano en el altillo, me encontré éste de
arpillera que ni recordaba.
Bastante simplón pero ideal para tunear y conseguir uno de los
que ahora son tendencia.
Aunque hace muchísimo tiempo ya había pintado en tela (algún cojín e
incluso una falda) tenía pendiente estampar tela con plantilla o con sellos.
Con el bolso de arpillera recién descubierto encontré la oportunidad
y las ganas.
Compré un bote de pintura para textiles en negro y, con la finalidad
de poder utilizarla después con sellos, eché una buena cantidad de
pintura en un tampón de tinta viejo que previamente lavé bien para
retirar los restos de la tinta anterior.
De este modo evitaremos excesos de pintura que pudieran estropear
el resultado y gastaremos menos pintura.
Debemos recordar, no obstante, que una vez terminado de utilizar
conviene envolverlo bien en film transparente para evitar que se
seque la pintura del tampón.
Para empezar el tuneo, introduje en el bolso unas láminas de plástico
con el fin de evitar manchas en la otra cara del bolso.
Imprimí en un folio una estrella de cinco puntas que recorté con
cutter y sujeté centrada en el bolso con cinta de carrocero.
Para facilitar aún más la sujeción y evitar que la tinta traspasara
el papel, puse tiras de cinta también en cada uno de los lados que
conforman el contorno de la estrella, dejando unos dos milímetros
sobre la tela para dejarla adherida a ésta.
Ayudada de un pincel esponja estampé la tinta con cuidado
rellenado todo el interior.
Retiré después el folio y dejé secar a temperatura ambiente un día.
Finalmente pasé la plancha caliente con un paño intermedio sobre
la estrella, de este modo se consigue mejor resultado y duración
en la pintura de textiles.
Además le dí un repaso de plancha a todo el bolso, arrugado
del tiempo que pasó guardado.
Ya tengo mi bolso de moda conseguido de manera económica y sencilla.
Un DIY con el que participo en los Finde Frugales de Colorín Colorado
donde me voy corriendo a descubrir más inspiración
buena, bonita y barata.
¿Me acompañas?