La imagen va desde dentro hacia afuera, y tu puedes nutrir tu autoestima en esa dirección. No hace falta que esperes por nadie para que te diga qué tienes de bonito o de bueno.
La clave está en sentirte bien para verte bien y NO AL REVÉS.
Cultivarte de dentro hacia afuera, preocuparte por tu bienestar y darle valor a tu autocuidado es parte importante de tu autoestima. Es un error pensar que la imagen es solo física, y que si llevas los colores adecuados, un look de último grito en moda, uñas arregladas... lo que lleves por dentro se queda en casa.
No te confundas, la Imagen es un todo: estética, física e interna.
Tus emociones van contigo allá donde vayas. Tendrás que convivir con tus fortalezas y con tus debilidades, con tus experiencias, tus éxitos y tus aprendizajes. Tendrás que reinventarte mil veces, personal y profesionalmente.
Vas a ser tu propia acompañante toda tu vida. Es hora de que te trates como a tu mejor amiga.
Y hoy te traigo dos ejercicios muy fáciles para que puedas equilibrar tu Autoestima cada vez que lo necesites, estés donde estés y en cualquier momento del día. Toma papel y lápiz, ¡vamos allá!
Reconoce en ti 3 cualidades positivas (o las que quieras) de tu personalidad (responsable, amable, empática...). Dilas en voz alta y mirando al espejo, o en voz baja mientras vas haciendo las tareas de la casa o en el transporte público. Lo importante es tu empoderamiento, y para esto no hay momento ni lugar, todos son perfectos.
Destaca en ti las 3 partes de tu cuerpo (o las que quieras) que más te gustan (tobillos, dedos, color de piel...). Dale las gracias a cada una de ellas por hacerte sentir bien delante del espejo cuando necesites escucharlo y darte cariño a ti misma.
Recuerda, esta visualización es en positivo. Lo que no quiere decir que olvides tus puntos de mejora. Ahí se concentra el trampolín para progresar como mujeres empoderadas.
Espero que te sea útil y lo pongas en práctica.
Cuéntame, ¿tienes algún ritual para aumentar tu autoestima?
Un abrazo,