¿Qué tal ha ido la semana? Por aquí bastante ajetreada... Empezamos con parciales en la universidad y, entre estudio y clases, se pasan los días sin que te des cuenta. Pero, a decir verdad, no hay mejor momento para preparar post que a la vuelta de ocho horas en la uni (examen incluido). Así que, eso hice yo cuando llegué anoche.
Hoy os traigo un look que me puse hace un par de sábados para salir a cenar. Digamos que la ocasión merecía arreglarse un poco más y elegí para ello: falda estrecha con tachuelas doradas y cuerpo de volantitos color crudo.Una cazadora vaquera y, con la temperatura que hizo, no se necesitaba nada más.
El título del post viene a raíz de los complementos que llevé. El bolso y los tacones son, sin duda, la estrella de look. Y lo más sorprendente es lo bien que combinan juntos. El bolso es de mi abuela de cuando ella era joven (a mí me recuerda mucho al estilo años 50 de "Velvet"). Nos lo dio hace poco porque ella ya no lo usaba y me enamoré de él en cuanto lo vi. Los zapatos, sin embargo, son de mi madre. De esos pares que te compras, dejas de usarlos durante mucho tiempo y años después te acuerdas de ellos y los llevas a tintar de un color más actual para volver a sacarles partido. En definitiva, esta es la muestra clara del carácter cíclico de la moda: se transforma y se reinventa de manera continua.
Sin más dilación, os dejo con las fotos. Pero antes deciros que las fotos, en este caso, fueron tomadas en interior para poder mostraros un look más nocturno que, hasta ahora, no habíamos visto mucho por aquí.
Cómo pendiente llevé un earring cuff de Bijou Brigitte. Un toque más moderno en contraste con el bolso y los zapatos vintage. ¿Qué os parece la mezcla?
Marrón chocolate para las estrellas del outfit.
Os cuelo esta foto informal e improvisada de la noche
¡Nos vemos en instagram y gracias por comentar!
Un besito.
Marta_Blonde