¿Por qué hacer una nota para agradecerte tanto tiempo?
Y... ¿Por qué no?
Para comenzar, por todos los días que hemos compartido juntas.
Por todas esas mañanas, que digo mañanas ¡madrugadas!, en las que te despertaba por los golpes que me daba al tratar de arreglarme para ir a correr o al gimnasio. (Culpa mi torpeza)
Por ese olor a café que siempre aguantaste, a toda hora, todos los días, toda la semana.
Por tener que conllevar y respetar, más a fuerza que de gana, mi horario de bebé: 9PM me encontrabas dormida, 5AM ya estaba afuera de la cama.
Por tolerar que siempre se me cayeran las cosas. (Caramba con la torpeza)
Por no juzgarme cuando el alcohol me seducía. Una copa, nada más.
Por ser la mejor acompañante a puerco-cenar.
Por mostrarme tantas series y películas, que terminaba mas picada que tú.
Por siempre ser mi cómplice.
Por escuchar atentamente cada una de mis historias de horror y darme sus respectivos consejos.
Por animarme cuando estaba triste, o peor, cuando estaba enferma.
Por alimentarme cuando olvidaba mi comida.
Por acompañarme en mis ideas y aventuras locas, como aquella de subirnos a los juegos y columpios para niños. Siempre aguantando mi enérgico ser.
Y podría seguir, pues sabes que hay mucho más por lo que te podría agradecer. Pero sé que odias las notas largas. Gracias, gracias, gracias, por enseñarme tanto y ser mi roomie/amiga/comrade durante estos últimos tres años.
Decir hasta luego, dolerá. Pero lo hará menos que decir adiós. Te quiero muchísimo.
Fuente: este post proviene de The SanMiguel Designer, donde puedes consultar el contenido original.
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