El acné es un problema dermatológico que afecta sobre todo a los adolescentes, aunque también puede presentarse en edades más adultas. Se calcula que afecta a más del 90% de los adolescentes, en mayor o menor grado, y que puede persistir hasta la edad adulta en casi el 12-14% de los casos, según un estudio publicado en el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI).
El acné se caracteriza por el aumento de la secreción de las glándulas sebáceas, la alteración en la microflora bacteriana a causa de Propionibacterium acnes o la inflamación del folículo pilosebáceo, dando lugar a la formación de pústulas inflamatorias. Aunque puede afectar a cualquier zona del cuerpo, está implicada sobre todo la cara, la espalda y el pecho.
Las lesiones inflamatorias del acné pueden provocar cicatrices permanentes, cuya gravedad depende sobre todo de un mal tratamiento de pacientes con acné. De ahí que los expertos apuesten por dar un buen tratamiento mientras el acné está activo para evitar la formación de un mal proceso cicatricial.
Como vemos, el acné es un problema; las cicatrices, otro. El primero desaparecerá con el tiempo (en la mayoría de los casos); las cicatrices, en cambio, son más difíciles de tratar. Además, las cicatrices tienen un componente psicológico añadido ya que pueden tener un impacto negativo en la persona que las sufre.
Tipos de cicatricesCicatrices atróficas: constituyen uno de los problemas estéticos más frecuentes de este trastorno cutáneo. Se pueden identificar porque se forman depresiones más o menos profundas en las zonas donde han existido lesiones inflamatorias, informa la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). En función de la forma, las cicatrices pueden clasificarse en:
Rodantes: tienen formas de dunas del desierto, generalmente son mayores de 4-5 milímetros.
Rectangulares: aparecen depresiones profundas, de más de un milímetro de diámetro, en forma de "U". Son cicatrices redondas, similares a las que deja la varicela.
Pica-hielos: aparecen agujeros profundos de menos de un milímetro de diámetro en forma de "V".
Cicatrices hipertróficas: en la mayoría de los casos son de color rosa.
Cicatrices queloides: son pápulas de color púrpura rojizo. Tanto las hipertróficas como la queloides estan causadas porque se produce demasiado colágeno a medida que cicatrizan las heridas del acné, lo que da una masa de tejido elevado en la superficie de la piel.
¿Se pueden tratar las cicatrices del acné?Las cicatrices del acné, por tanto, se crean cuando se daña el tejido de la piel. Acciones como reventar espinillas puede agravar el problema y aumentar las cicatrices. Las imperfecciones severas, las que están muy inflamadas, tienen más riesgo de cicatrizar. Además, algunas personas son más propensas a las cicatrices, incluso si solo tienen pequeñas imperfecciones.
Todas las técnicas para tratar este tipo de cicatrices tienen el mismo objetivo: aumentar la síntesis de colágeno para rellenar los defectos en la piel. Existen numerosos tratamientos, que son los que determinará el dermatólogo, en función del caso. Algunos de los más habituales son:
Cremas, geles o apósitos: se pueden usar para tratar un cierto tipo de cicatrices y reducir la picazón, así como para reducir o aplanar las cicatrices elevadas. Constituye un tratamiento con poco riesgo de efectos secundarios, aunque en los casos de uso continuo puede provocar picazón, recuerda la Academia Americana de Dermatología (AAD).
Injerto dérmico: las cicatrices pueden rellenarse con colágeno o con la propia grasa del paciente o con ácido hialurónico, ácido poliláctico e hidroxiapatita cálcica. El objetivo es rellenar las cicatrices más profundas. En la mayoría de los casos, sin embargo, y al ser materiales reabsorbibles, los resultados temporales (entre 6 y 18 meses).
Exfoliaciones químicas: se aplica ácido de alta potencia en la piel para remover la capa superior y reducir las cicatrices más severas. Suele usarse ácido glicólico, salicílico, mandélico o tricloroacético (TCA). Debe tenerse cuidado con las pieles más oscuras porque este tratamiento puede producir una hiperpigmentación postinflamatoria (manchas). Suelen ser necesarias varias sesiones.
Tratamiento con láser: es un método seguro y eficaz. Aunque hay varios tipos de láseres, el más usado es el láser ablativo fraccionado, que produce "micro-daño" dérmico en la piel. Algunos inconvenientes son: hay que esperar varios meses para valorar los resultados, es doloroso y requiere un tiempo de recuperación largo.
Cirugía: este tratamiento suele usarse para cicatrices más grandes y cuando el paciente no ha respondido a los otros tratamientos.
Otras recomendacionesEn la mayoría de los casos, estos tratamientos reducen el tamaño y la visibilidad de las cicatrices. Con el tiempo, muchas desaparecen o son apenas imperceptibles. Aunque los dermatólogos apuestan por una mejor solución: la prevención. Según un estudio publicado en PubMed, sin una prevención primaria adecuada y efectiva, "las cicatrices posteriores al acné se producen en aproximadamente el 80-95% de los pacientes".
El lavado excesivo o de las áreas con cicatrices puede reducir la elasticidad de la piel y aumentar la apariencia de la cicatriz. Las imperfecciones grandes e inflamadas del acné son mucho más propensas a dejar cicatrices que los puntos negros no inflamados. Controlar la inflamación pasa por evitar el lavado excesivo y los productos de cuidado de la piel agresivos. Los expertos recomiendan además mantenerse protegido del sol porque la sobreexposición puede oscurecer las cicatrices y hacer que se vean más prominentes.
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