Antoine de Saint-Exupéry
Esto rezaba la tarjeta de felicitación que le entregué a uno de mis mejores amigos y a su ya mujer para su reciente enlace, junto con algunos detalles más. Y es que a su boda no podía asistir de otro color que el rojo, el color del amor y la pasión por antonomasia.
Seguramente al ver esta foto anterior, muchos se habrán llevado las manos a la cabeza preguntándose
¿¿Cómo va a ir a una boda en zapato plano??
Les respondo ya: los novios lo pidieron así, y más allá del protocolo están los deseos de la pareja.
Exactamente aclararon que sería una celebración informal, por lo que cada uno fue como mejor y más cómodo se sentía. Algunos fueron en vaqueros, otras con tacones, y a mi me apetecía ir con vestido, pero a la vez no quería contradecir a los novios, por lo que ir en botas casi planas fue mi elección.
Aproveché la ocasión también para estrenar esta mochila, convertible en bolso (o viceversa) que me regalaron por mi pasado cumpleaños. Me parece un regalo super acertado, es cómoda, combinable, práctica y bonita.
¿No les parece?
Actualmente los collares tipo Chokers están muy en boga, y este lo tenía guardado como oro en paño, tiene como unos 12-15 años... sí, tantos. ¡El que guarda siempre tiene!
No quería restarle importancia al vestido (Zara, actual), por lo que los complementos que llevé fueron casi inexistentes y muy discretos, al igual que el maquillaje.