Estado del cabello: lo primero que hay que vigilar es el estado en que se encuentra el peloque va a ser sometido a la decoloración. Debe de estar muy sano para asegurarnos de que puede soportar éste proceso sin problema. Si el cabello está muy seco, quemado, débil o en malas condiciones no lo hagas.
Tiempo: a cada uno la decoloración le sube de una manera y en un tiempo diferente, por lo que hay que vigilar constantemente a ver que tal va subiendo y con cuanta rapidez.
Medidas: ten cuidado al realizar la mezcla usando las medidas adecuadas para que los resultados sean buenos.
Henna: Si hay henna aplicada en la melena que se quiere decolorar, hay que tener en cuenta que la henna forma como una capa en cada fibra, por lo que hay que esperar a que ésta capa se debilite antes de decolorar para que la cutícula pueda abrirse. Hablamos de 30-45 días mínimo. Aun así, hay que saber que la henna nunca desaparece del todo, por lo que puede crear alguna reacción o que el resultado final no sea el que deseas. Mejor, espera a que tu pelo vuelva a ser virgen.
Pero otra cosa también muy importante y que a veces pasamos por alto, es el champú que usamos. Si, hay ciertas sustancias que usamos a diario y pueden afectar mucho a las decoloraciones, como es la sosa caústica, una sustancia que se usa mucho en los laboratorios en la formulación de champús y aparece en los ingredientes como “sodium hydroxide” o “sodium oxidanide“.
Es muy importante si vas a hacerte una decoloración no usar champú que contenga sosa caústica, o si se la vas a hacer a alguien, preguntar qué champú utiliza (y esperar que diga la verdad…), ya que ésta sustancia suele crear reacciones nada buenas y acabar quemando el cabello, literalmente, echando humo.
Así que ya sabéis, si queréis o vais a decolorar… mucho cuidado!
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