Desde los años 80 se empezó a utilizar tanto para estimular el riego y el crecimiento del cabello, como para retener la caída del mismo, mejora la oxigenación, alarga la fase de crecimiento y refuerza cada fibra capilar.
Los vasos capilares se ensanchan y la sangre fluye mucho mejor estimulando el crecimiento de los folículos pilosos, y por lo tanto, de todo el cabello.
Hoy en día, la presentación suele ser en botecitos con spray en líquido o en espuma, pipeta dosificadora, incluso con jeringuilla, los laboratorios aconsejan aplicar 2 veces diarias, exactamente la cantidad y de la manera que especifique el fabricante en las indicaciones del producto, ya que aseguran que NO por aplicar más, es más efectivo, recordemos que es un principio activo que se usa en medicina.
Después de aplicar, se extiende y se masajea bien con los dedos (hay que lavarse muy bien las manos) evitando lavarse el pelo al menos hasta 4 horas después y evitando también el uso del secador o plancha. El tratamiento se debe mantener unos 4 meses para una visible mejoría. Después, se continúa un mantenimiento según lo indicado en el envase, que puede ser cada 15 días, 1 vez al día… lo que marque el fabricante dependiendo de cada caso.
Éste tratamiento es un tratamiento periódico, por lo que si se deja de utilizar durante varios meses, podemos volver al estado que estábamos anteriormente, el cabello seguirá su rutina normal y la caída también volverá, junto a la alopecia.
Aunque la caída masiva la suelen sufrir más los hombres, también se da en las mujeres, éste tratamiento es válido para ambos, aunque también puede tener muchos efectos secundarios, como dermatitis, picores, eccemas, escozor, aparición de vello en la cara, por lo que sería aconsejable consultar al médico antes de decidirse por usar Minoxidil.
Una ventaja que tiene éste medicamento es que también se puede usar en otras partes del cuerpo, como por ejemplo, en las cejas, con muchísima precaución y siguiendo las indicaciones al pie de la letra.
Fuentes: Hola y BoticariaGarcía