Fui a ver el canal de una de mis bloggers favoritas Aimee Song y me dispuse a ver su Vlog en París, para mi sorpresa no estaba viendo lo que yo esperaba, ya saben, soñar con la vida perfecta de una Top Blogger viviendo el “Fashion Dream”. Para no hacerles el cuento largo en este video Aimee Song habla sobre como muchas veces tiene que pretender felicidad, lucir segura y lidiar con un “mundo perfecto” que evidentemente no lo es, casi me pongo a llorar junto con ella.
Instagram y su feed de fotos perfectas nos ha cambiado la vida, justo hoy platicaba con una amiga sobre como de repente nos olvidamos del blog y hasta de nuestra vida real y solo nos concentramos en como se ve nuestra cuenta de Instagram. El número de seguidores, likes, engagement, comentarios, filtros, etc. nos han tenido como locas a muchas. Y ahora es inevitable no compararnos al ver en Instastories o Snapchat a personas viviendo “la vida perfecta” mientras quizás nosotros nos encontremos tirados en un sillón en nuestra casa con las peores fachas y mil cosas por hacer, atrapados en el tráfico horrible de nuestra ciudad o sencillamente estar sentado en tu escritorio trabajando y ver las vacaciones increíbles de los demás.
Ser blogger es compartir, crear, innovar, investigar, probar, disfrutar. El propósito número uno es sin duda el comunicar a un grupo de personas un tema en el que seamos conocedoras, expertas o apasionadas.
No olvidemos que el éxito de los blogs es que están escritos por personas reales.
Por ejemplo en los blogs de moda el éxito era que chavas normales podían vestirse como quisieran, usar tendencias, crear nuevos estilos y romper con lo que dictaban las revistas de moda, salir de cuerpos y caras perfectas, estilismos con prendas carísimas y locaciones inimaginables. La cuestión es que todo eso al parecer ha ido desapareciendo, cada vez se busca más la perfección, ahora las bloggers tienen que ser más modelos, con presupuestos más elevados y vidas perfectas.
Lo peor de todo es que las redes sociales nos han hecho creer que todo se logra instantáneamente, no pensamos que los desayunos perfectos en la cama son montajes, que la foto ideal tuvo 50 intentos fallidos, el evento con “influencers” estuvo de hueva y que en realidad solo te sonríen cuando les pasas el celular o la cámara por enfrente porque estas documentando en Instastories y dices: “Miren con quien estoy”.
Que increíble sería que regresáramos a lo básico, ser quienes somos y no tener que fingir por presión de ningún tipo. No hay que olvidarnos de lo que tiene valor, de porque comenzamos a ser bloggers y hacer lo que amamos porque nos da felicidad y le damos felicidad a los demás de alguna forma.