Siempre he oído que en el armario nunca puede faltar un vestido negro como básico, por su versatilidad, porque el negro es un color que favorece, porque es atemporal, sinónimo de elegancia... Y es que desde que Chanel lo convirtió hace más de un siglo en imprescindible, un vestido negro lo puedes transformar. Tiene mil caras según los pequeños detalles que incorpores.
Pero sabes cuando llevar un vestido corto, largo o de cóctel?. Sigue leyendo!!.
Ha salido el sol para quedarse, y con el las invitaciones a eventos al aire libre, celebraciones familiares, fiestas... Y buscando imágenes de vestidos de fiesta, el negro es un color que nunca falla. Largos, entallados, cortos, con encaje, transparencias... El único código que debemos de saber para vestir, es dependiendo del momento y la ocasión, el protocolo.
En primer lugar, tenemos que tener en cuenta si el evento requiere algo en concreto, es decir, muchas veces en la invitación, los organizadores especifican si hay que acudir de etiqueta, media etiqueta... Entonces si debemos de seguir esas pautas.
Vestido Corto
Este tipo de traje se utiliza únicamente en evento diurnos (para el día o media tarde) considerados de media etiqueta. Requieren cierta formalidad, pero no hasta el punto de llevar un traje de cóctel o largo.
El largo debe de llegar hasta la rodilla e incluso un poquito por encima de la misma.
El vestido corto es una gran opción para una inauguración, comida de trabajo..., incluso para cualquier tipo de celebración.
El diseño al igual que la tela, depende de tus gustos (aunque es mejor pecar de discreta): Con espalda semi-descubierta, ligero escote o incluso cerrado, lo más favorecedor suele ser un corte clásico y mesurado.
En cambio, puedes jugar con los accesorios. Sombreros, collares llamativos, bolsos de mano pequeños o medianos...
Y si te preocupa el calzado, este tipo de vestidos cortos, admiten hasta zapato/sandalia plana a juego con el vestido.
Vestido de Cóctel
Se puede utilizar tanto para el día como para la noche, ya que admite ser traje de noche y traje corto, ideal para eventos de cierta etiqueta como: Bautizos, bodas, comuniones, eventos o cenas importantes...
La diferencia del vestido corto, es que sus tejidos son de alta calidad y vistosos. Seda, terciopelo, lentejuelas, con pedrería, plumas, bordados... Dependiendo de si es de día o de noche, con un largo entre la rodilla o debajo de la misma.
Los accesorios no suelen ser bisutería y si más joyas delicadas y escasas, nada de ir recargadas ya que el vestido habla por si solo.
El bolso pequeño y de mano, y los zapatos de media altura.
Un tip muy importante, es que aunque sea verano, hay que vestir medias ya que favorecen y estilizan la figura; y si llevas algún tocado o palmera, esta prohibido quitártelo hasta que llegues a casa (excepto causas mayores).
Vestido Largo
Es la etiqueta del vestuario femenino por excelencia, exclusivo para la noche.
Cuentan con una amplia variedad de estilos según la tela y el diseño. Raso, seda, terciopelo, con cola, espalda al aire, pedrería, con guantes largos hasta el codo, abrigos de fantasía, echarpes... Aunque lo más importante es que debemos de elegir muy bien con un vestido que nos favorezca el corte dejando de un lado las modas.
Los zapatos deben de ser altos a juego del vestido y llevar medias aunque no se vean las piernas
Bolso pequeño y de mano y en cuanto a las joyas, pocas pero de calidad.
Un tip muy valioso, es que si la etiqueta es de tarde/noche, el vestido no toca el suelo y dejan que se vean los zapatos, en cambio en etiqueta de noche, el vestido largo es de gran gala y exige que no se vean los zapatos.
Y si eres una manitas, con una maquina de bordar puedes hacer realidad el vestido de tus sueños. Eso sí, recuerda que si el vestido es llamativo, mejor un pelo y maquillaje discreto, joyas pequeñas y zapatos acorde. Nada de pecar de ir como un árbol de navidad. Menos es más.
"Viste vulgar y sólo verán el vestido, viste elegante y verán a la mujer" Coco Chanel.