Pepita de Uva: Se obtiene por presión en frío de las semillas de la uva. Es muy rico en ácido linoleico, un ácido graso que ayuda en el mantenimiento de las membranas celulares, así como la piel. Por lo tanto, su uso regular puede ayudar en el tratamiento de muchos de los problemas de la piel como el acné. Muchas mujeres usan el aceite de semilla de uva para el acné debido a sus propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias. Sus aplicaciones regulares ayuda en la prevención de la obstrucción de los poros, lo que reduce la incidencia de brotes de acné.
Avellanas: Evita que los poros se cierren y aparezca la grasitud. Por otro lado, este aceite tiene la propiedad de regenerar las células de la piel.
Jojoba: Es un tratamiento eficaz del acné ya que es muy similar al sebo de la piel. Deja una cara menos grasa, pero también hidratada y protegida sin obstruir los poros. propiedades. Además gracias a sus propiedades antibacterias destruye las bacterias que causan la inflamación del acné.
Salvia: Tiene propiedades astringentes, y por tanto, se le atribuye tener propiedades que reducen la inflamación cuando es aplicada directamente al acné
Arcilla Verde: Tiene efectos purificantes y antibacterianos. Limpia y depura la piel en profundidad.
Además con aceites esenciales de lavanda, lemongrass y árbol de té, grandes aliados para controlar el acné. En definitiva un magnifico jabón para las pieles grasas con tendencia acneica que son tan desagradables para la gente que lo sufre.
Los ingredientes que he utilizado: Infusión de salvia, aceite de oliva, aceite de coco, aceite de palma, aceite de avellanas, aceite de pepita de uva y aceite de jojoba, arcilla verde y caolín. Con los aceites esenciales de lavanda, lemongrass y árbol de té que ya explicaré con más detalle sus múltiples propiedades por no extenderme más, que no os quiero aburrir más de lo necesario jeje.