Resulta que haciendo balance, me doy cuenta de que la conversación más recurrente en mis últimos 10 meses ha sido el cambio radical que ha dado nuestras vidas al mudarnos a un sitio más pequeño, más tranquilo, y LO BIEN QUE ME HA SENTADO.
Celebramos más de 300 días viviendo fuera de Madrid, lejos de la vorágine de la intensa rutina, de familia y de amigos, a los que echo muchísimo de menos. Pero resulta que durante este tiempo algo ha cambiado dentro de mí, porque aunque en ocasiones siguen apareciendo mis inevitables malos humos, me noto una persona más sociable, más paciente, y sobre todo más feliz.
Creo que lo que me pasa es que para mí el significado de "calidad de vida" se ha transformado.
Vivir con menos, disfrutar de más y durante más tiempo.
Contra lo que en un principio pudiera pensar cuando trataba de visualizarme en mi nueva vida (sin trabajo, con mucho tiempo libre y en una ciudad pequeña), mi sorpresa ha sido enorme al verme renacer y comenzar a valorar un día a día con el que nunca había soñado.
De repente todo se vuelve muy acogedor porque cualquier cosa está ahí mismo, llegas a todos lados caminando y los tiempos muertos que sufriste esperando metros y buses perezosos desaparecen de un plumazo.
Además la gente te saluda, te sonríe y se para a conversar. Te sientes arropado.
Se que algunos no lo comprenderán. Urbanitas acérrimos, amantes de las mil y una opciones. Me miran incrédulos reprimiendo esa mueca. Sí, yo la hubiera puesto también hace un tiempo, porque estar acostumbrado a escoger cada noche entre tanto espectáculo, inauguración, cine, o restaurante es un lujazo innegable en esa etapa de la vida en la que no paras de salir y entrar.
En mi caso ese momento ya había pasado y el cuerpo me pedía hacer otro tipo de cosas. Más tiempo para dedicarme a actividades para las que nunca antes conseguía sacar tiempo, o simplemente vivir más lentamente cada acontecimiento. En definitiva, recrearme en las acciones más cotidianas que antes no saboreaba por las prisas.
Esta nueva manera de vivir que os cuento está directamente ligada a mi nueva ciudad y todo lo que encuentro a mi paso en ella. He descubierto el lado bueno de Cartagena, el valor de su Teatro Romano, su muralla, sus vistas desde la Batería de Castillitos y lo bien que sienta pasear al perro por la playa en invierno...
Por eso me apetece estrenarme en esto del mundo de las secciones inaugurando VIDA LENTA EN CT { Cartagena }. Reunir oficialmente todos estos placeres cartageneros que me hacen sentir tan bien para compartirlos con vosotros por si un día os animáis a visitar las tierras murcianas, si os apetece evadiros, o si como yo os consideráis amantes de gozar de todo pausadamente.
Cada mes os descubriré un nuevo destino cultural, unas vistas, un rincón con encanto, un paseo del que me haya deleitado previamente.
¿Cómo lo veis? ¿Os resulta apetecible?
Si te apetece empezar a VIVIR LENTAMENTE DESDE YA puedes echar un ojo a lo que ya he descubierto...