La Grecia clásica y los orígenes de las olimpiadas con su culto al cuerpo se acercaron a la pasarela internacional de baño de la mano del diseñador Gabriel Croissier.
Bañadores con cortes asimétricos y drapeados que resaltan la musculatura, sin olvidar los plisados que nos recuerdan a la túnicas. Se pudo disfrutar de un desfile que nos trasladó al Olimpo. Trajes de baño ideales para disfrutar no sólo de un día de playa, sino también de las maravillosas tardes y noches de verano, convirtiéndose en prendas de vestir.
Los colores que predominan en esta colección nos evoca a la cerámica griega en el binomio por excelencia que es el blanco y negro. Decoraciones en dorado y el estampado por excelencia griego, por supuesto, no podía faltar.
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En cuanto a la nota de color, no podría ser de otra manera que los colores del mar mediterráneo, azul marino y verde agua. Estos colores resaltan la piel bronceada, haciendo más atractivo aún si cabe estos maravillosos diseños.
Su desfile finalizó con el mejor broche posible, con una original clase de entrenamiento de Cross Fit que el propio diseñador práctica. Oda al cuerpo y a la divinidad.