Las cualidades de la fresa, no sólo se limitan a un aspecto interno de nuestro organismo, es excelente para el tratamiento del acné y de las arrugas. En el primer caso, el fruto en mascarilla sirve como un astringente que elimina el exceso de impurezas, además de que exfolia la piel.
Por la vitamina C y los fenólicos que la integran, es un tratamiento natural para la prevención de arrugas y marcas de expresión.
La fresa tiene propiedades anti inflamatorias que pueden ayudar a atenuar visiblemente las ojeras y las molestas bolsas alrededor de los ojos. Para ello, solo tienes que colocar rodajas frescas de fresas en las áreas afectadas y dejarlas actuar durante 10 minutos. Cuanto más frías estén las fresas mejor.
El ácido salicílico de las fresas ayuda a eliminar las células muertas de la piel, dejándola suave e hidratada, ademas es un aclarante natural, por lo que después de un uso regular, notarás cómo desapareces las manchitas de la piel. Combinadas con miel o aceite de oliva forman una mascarilla suave que dejara tu piel brillante e hidratada.
Las fresas también protegen contra los rayos ultravioleta, los pigmentos que le dan su característico color rojo filtran los rayos nocivos para la piel, reduciendo el riesgo de cáncer así como otros trastornos de la piel.
Se puede aplicar de muy distintas maneras, pero, personalmente a mi me gusta cortar una fresa por la mitad y masajear con ella el rostro, cuello y escote, actúa como exfoliante y deja un olor riquísimo… después de unos 10-15 minutos masajeando dejo los trozos en la zona de los ojos durante otros 10 minutos para después enjuagarme con agua tibia… Te aseguro que si lo pruebas, repites…