Hoy os propongo un conjunto que soluciona todos los qué-me-pongo en tiempo y presupuesto récord.
Y es que, aunque me chiflan los vestidos, cuando las temperaturas son dignas del magma volcánico y, por ende, las ganas de ponerme a resolver ecuaciones trascendentales (sobre todo la que requiere despejar la eterna incógnita qué-me-pongo que os comentaba) son escasas o nulas, igual que las de echarme ropa encima... se me viene a la cabeza esta propuesta que, como veis, no requiere de grandes inversiones.
Basta con darle protagonismo al básico del verano por excelencia (la mini falda denim deshilachada) y saber combinarla con un bañador; sí, sí; habéis leído bien: el mítico bañador negro que todas tenemos por casa, que hace las veces de body, unas changlas, un pamelón y...
¡listas para bajar a la playita!