Querida chaqueta vaquera. Que de fríos me has quitado hasta en pleno Agosto. Te has acomodado a todas las partes raras de mi cuerpo y nunca me has fallado.
Siento decirte que jamás podrás disimular el calor de un abrazo verdadero, pero que en ocasiones puedes ser muy útil para sustituirlos. Perdón por ser tan claro, pero es así.
Me has acompañado en muchos momentos importantes. En bodas donde tenías que aparecer en el maletero del coche de papa para salvarme del frio. Te he dejado olvidada en una tarima cuando el calor de tanta fiesta sobrepasaba mis limites, pero ojo, siempre fui a por ti. A veces has estado tres días en casa de mi mejor amiga, que mal me parece que hayas adoptado su olor y que te hayas olvidado del mío así de rápido.
Querida chaqueta vaquera, quedas genial con cualquier camisa o pantalón. Eres el salvavidas de todo mi pánico por el frío. Los días que estas limpiándote en la lavadora te echo taaaanto de menos que no me puedo permitir engañarte con otra. -Cosas de enamorados-
Te necesito y espero que nunca te separes de mi para irte con otra persona mejor que yo, nunca te lo perdonaría.
Y a todas las chaquetas vaqueras que estornudan porque nosotros las maltratamos poniéndole colgantes cuquis a los armarios para que huelan bien, sois muy especiales. Sois un fondo de armario que todo el mundo necesita y que todos tenemos.
¡No faltéis nunca! ¡Sois increibles!
Desde el soldadito*: Sección en el blog donde escribo desde mi lugar favorito de todo el mundo mundial “El Soldadito de Plomo” en Cartagena. Comparto lo que guarda mi libreta escrita a mano sobre cosas que en ese momento sienta compartir.